jueves, 20 de marzo de 2014

Vida

Vida empezó irónicamente con una Canción para mi muerte, Necesito, Dime quién me lo robó, Estación, Amigo, entre otras, para terminar con Vida y Posludio, Cuando la púa del viejo tornamesa se alzaba uno se quedaba con ganas de más... Y ese más llegó con Confesiones de Invierno, Cuando ya me empiece a quedar solo, un rock and roll muy tanguero o un tango muy rock and roll. ¡Señoras y señores, éste es Charly García!, cigarro en mano seguía el LP, Bienvenidos al tren, Un hada, un cisne; Confesiones, Rasguña, Aprendizaje, Mr. Jones,  El rey... ¡QUÉ DISCO, POR DIOS!
Confesiones se quedó dando vueltas en mi cabeza por mucho tiempo, es más creo que nunca había escuchado un disco tantas veces como aquel.

Al año siguiente llega Instituciones, un LP lleno de imágenes, esta vez un poco más Dalí, imágenes cotidianas narradas por alguien que es capaz de ver lo que mucho no pueden, o no quieren. Gracía en este disco me dice, flaco, esto es lo que vivimos, si no te diste cuenta yo te abro los ojos... No quiero poner títulos, porque todo el disco me parece simplemente GENIAL!
De pronto, cuando Sui Generis se había transformado en dos amigos que me acompañaban al secundario, deciden separarse. No lo podía creer... La tristeza me invadió, me conmoví, lloré. ¿Por qué? se había convertido en mi “padre nuestro de cada día”, antes de dormir y antes de salir de la cama, en clases y en mi casa... 

Viernes 5 de Septiembre de 1975 Charly y Nito me rompieron la cabeza, era increíble verlos y no colgados en mi pared, tenerlos ahí cerquita en vivo y en directo, Charly nos soltó una perlita "Canterville" gritó, y dijo que era un grupo nuevo... Lo que se venía! pensé...
Pasó el recital, entre fragmentos de Botas locas al final de una zapada, con el Blues que tanto gustaba y gusta, aprendizaje, Mr. Jones... en fin todas...

Al poco tiempo llegaba lo prometió PorSuiGieco, que realmente, no era lo que esperaba, llegó a ser mucho, pero mucho más que eso... y aunque no estaba el Fantasma de Canterville, habían muchas otras que me rompían el coco...
No fui a recital alguno de PorSuiGieco, estaba pasando por problemas familiares muy terribles, sin embargo nunca me sentí solo, siempre había refugio en algo, en alguien, en un amigo que sin saberlo me tendía la mano, me decía, ven que te levanto, siempre estaba Charly…

La máquina de hacer pájaros venía con un recuerdo Sui Generis, Bubulina… Era noviembre del 76 en el teatro Astral se presentaba La máquina… tenía las expectativas muy, muy altas y en verdad lo que vi, superó todo lo que alguna vez había imaginado… García volvía, García se reinventó, García creó algo que hasta hoy me rompe la cabeza cada vez que lo escucho. ¡Señores, este tipo es un marciano!

Pasó el 76, llegó 1977 y no hacía otra cosa que escuchar y escuchar La Máquina de Hacer Pájaros, Bubulina, Cómo mata el viento norte, No puedo verme, Boletos, pases y abonos, Rock and Roll, Por probar el vino, No puedo verme, Ah, te vi entre las luces… ésa terminó de volar mi cabeza en mil pedazos.

Llegó “Películas” en el 77, otro disco hermoso, ¿Qué pasa con Charly, está dispuesto a entregar sólo belleza musical? No podía creer que en una cabeza humana haya tanto color, tantas imágenes que empiezan con una canción instrumental, la siguiente una bella obra, “Marilyn”, y la tercera era una que desde hace casi dos años atrás esperaba, y como si él lo supiera me la canta a todo volumen. No te dejes desanimar, gritaba García en mi pieza. No podía creerlo, las lágrimas caían solas, mi mente giraba sin parar, tenía tanta alegría, aquel amigo que me daba consejos sin escuchar, esta vez parecía que sí me había escuchado, describe exactamente lo que me estaba pasando en ese instante. El disco no pasó del tema 3 por dos semanas exactas, luego descubrí los 5 temas restantes, Qué se puede hacer salvo ver películas (yo personalmente, prefería escuchar Películas), Hipercandombe (simplemente genial de inicio a fin), El vendedor de las muñecas de plástico, Charly vuelve a dar una cachetada a la doble moral, esta vez con un color distinto pero que lo caracteriza. Ruta perdedora, me presentaba una vía larga sin curvas que se perdía en el horizonte, con carteles de luces, desierta, con las puertas y ventanas cerradas, con clowns y magos haciendo shows para ese público invisible. De repente así pasaba En las calles de Costa Rica (otra pieza instrumental de La Máquina).

Las cosas en la Argentina se ponían muy tensas, salir a la calle era peligroso, tenía que desaparecer antes que me desaparezcan.
Regresar a mi lugar, pensé.
Antes de irme tenía que volver a ver a mi amigo, quería despedirme, decirle que no sabía bien si regresaría algún día a este país que me había tratado de maravillas, que me había regalado a un compañero para toda la vida.

Mi viaje se fue postergando por distintas razones hasta el 15 de noviembre de 1977, azares de la vida, el 11 de ese mismo mes García realizaba “El festival del amor”. Aquel día estaba muy ansioso, la vida quería nuevamente que me encuentre con Charly, y él sin saberlo, me despedía con toda la música, con todos los músicos, Sui Generis, La Máquina, PorSuiGieco, Santaolalla, Lebón… todos, todos… Fueron 4 horas de música, Charly cantó todo, desde Rasguña las Piedras hasta Volver a los 17, de Violeta Parra, y aunque no fue muy bien recepcionada, a mí me alucinó.  Cada entrada de los músicos era un orgasmo, nunca había tenido tantas emociones juntas, era mi despedida de Argentina, y Charly con sus amigos, me decían “Buen viaje, vuelve a casa pronto…”

El 15 de Noviembre salí de Buenos Aires, y aunque siempre quise regresar, tardé mucho en hacerlo, pero esa es otra historia, que quizás más adelante la cuente. Lo único que puedo hacer o decir, es agradecer al pueblo argentino, a los amigos que dejé por allá, pero sobre todo a Charly, que con sus canciones siempre me dio ánimos a continuar, que me dió la mano cuando toqué fondo, aquel García que junto con Nito comprendieron mi adolescencia como nadie…
Gracias Charly por ser mi escuela que enseña a vivir...