lunes, 11 de abril de 2016

Volver a los 17

Con un nudo en la garganta, así estoy desde el sábado por la tarde, con una ansiedad que me mata.
De pronto volví a tener 20, regresé a la época en que creía que podía haber un mundo mejor, soñaba con que este país cambie. No sé, volví a tener esa ingenuidad de los jóvenes.
Estas elecciones las viví de una manera distinta, protestando, saliendo a las calles, poniendo mis esperanzas en un sueño que empezó chiquitito, y que en el camino se fue haciendo grande, creo que por primera vez en mis 35 años voté con ilusión, con esperanza, confiado en que mi voto no es anti nadie, sentí que era un voto por las personas en quien confío. Lamentablemente el sueño acabó y el Perú sigue igual, eligiendo las mismas personas que nos empobrecen económica e intelectualmente.
Ayer por la tarde mi corazón latía a mil más aun cuando las encuestas eran favorables, después con el paso del tiempo la desilusión se fue apoderando de mí, el nudo en la garganta era fuerte, me costaba pasar la saliva, por momentos sentía impotencia, rabia, ganas de llorar, de mandar todo y a todos a la mierda. Luego, después de un café, pensé que era esto lo que en verdad nos merecíamos, que no íbamos a soportar un cambio, no estamos preparados para eso.
Hoy lunes, no salí de casa, no quería ver las risitas hipócritas de esos que dicen que estamos bien, y que no pasa nada. Hoy quise imaginar al Perú en 2021, y me dio miedo.
Aun sigo con el nudo en la garganta, aun sigo esperanzado en que sí se puede cambiar este país, en que hay gente que quiere que las cosas sean un poco más justas para todos, aun creo en los hombres que se sacan la mierda para poder llevar un pan a sus casas, o en esas mujeres que no desmayan en su lucha constante por defender a sus familias, en esos chicos y chicas homosexuales, trans, bisexuales a quienes les debemos eternas disculpas por las atrocidades cometidas... Aun hoy con mi nudo en la garganta creo en que algún día tendremos la gobernante que necesitamos, quizás hoy no era el tiempo, pero nunca está demás agradecer a esta mujer que me devolvió la esperanza y me regresó a la adolescencia, quien hizo que me importara nuevamente la política y que salga a las calles a reclamar lo justo.
Hoy espero solamente que lo que se escribió con la izquierda, las nuevas páginas que se han escrito, no sean borradas por esta misma izquierda.
Ojalá este país sepa elegir la próxima vez.