Y de pronto todo el color cambió. El gris, regresó a mi cuarto, se sentó a la izquierda y me contó la historia de mi vida.
¡Qué vida!
Hoy, después de mucho, me siento a escribir, y aunque sin ganas, tengo que hacerlo. Es mi terapia, mi refugio (sobre todo hoy).
Dicen que cada adiós representa un nuevo comienzo, pero ¿quién nos preguntó si queremos este nuevo empezar?
¿Quién?
Tengo la tinta que llora sobre este papel gastado. Tengo en mi cabeza tu rostro, tus labios, tu sonrisa, tus palabras, tu pelo, tu olor, tu piel, tus ojos...
¡Tus ojos!
Tengo también esta mierda en mi mente, mi razón (la puta razón), esa sensación de querer protegerte de todo mal. Tengo ganas que estés acá, que no te hayas ido, de abrazarte, besarte y decir: "Te quiero, y siempre serás mi bonita".
Tengo ganas de escaparnos y mandar todo y a todos a la mierda (como en las películas).
Tengo ganas del último abrazo, ese abrazo que nos fundió en un solo ser.
Tengo ganas de no dejarte...
Pero, ya ves, a veces adiós representa un nuevo comienzo.
lunes, 9 de octubre de 2017
lunes, 24 de abril de 2017
La Bohème
Y de pronto ella
Tan linda como
ayer
Tan impredecible
como la primera vez.
Nuestros cuerpos
cambiaron un poco, pero sigues igual de linda. Es curioso volver a verte en el
mismo lugar por el que solíamos andar, y que todo alrededor sea tan extraño.
Nuestro café no existe más, ese lugar pequeño que guardaba nuestros secretos,
esos primeros besos y el primer “te quiero”.
“¿Te acuerdas
cuando caminábamos en la noche a la orilla del mar?”, me preguntabas, yo en
silencio asentía, no podía dejar de mirar el horizonte, ese que alguna vez se
trago mi tiempo.
Nuestros caminos,
como siempre están separados, pero van en líneas paralelas, y quién sabe en
algún momento esas líneas se junten en algún punto en el infinito.
Te quiero
piojita!
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