miércoles, 21 de enero de 2009

Benditos

Benditos los que miran el día que vendrá,
los que afanan a la verdad su mentira,
los que ríen cuando tienen ganas de hacerlo
y los que lloran las cosas que perdieron.

Benditos los perros con hogar,
las casas en donde la abundancia es innecesaria,
los buenos cigarros y el buen wiskhy,
los que luchan por su ideal.

Bendita la luz de la luna en el infinito oscuro
de una playa desierta con su espejo de sal reflejándola,
los días grises de nuestro húmedo invierno,
las garúas de Julio y los cafés a las 22.

Bendito el que hace todo por que le da la gana,
los Jeans rotos y viejos,
los zapatos de goma y los pazadores desatados,
las historias de mi abuelo que nuca más las contó.

Benditos los viajes en Bus, los mochileros desgreñados,
los mendigos que no estiran la mano para poder comer,
los abrazos sinceros, los besos con y sin amor,
los amigos con derecho y los amantes valientes.

Bendito el Rock and Roll,
los buenos libros, el café expreso,
los días de setiembre, las cuentas en el Z
después de una interminable y agradable tertulia.

Bendito García que me prendió el foco
que influenció con sus letras gran parte de mí.
Benditos los vinilos y las máquinas de escribir
que me transportan a otro mundo.

Bendita la yerba mate,
el agua helada, la coca cola con hielo,
el jugo de naranja, el olor de la tierra mojada,
el sonido del mar en la noche.

Benditos los que lucharon por un mundo mejor,
los que sin fuerzas aún empuñaban su arma,
los que no dejaron de apuntar al inquisidor,
los que callaron el secreto que juraron no contar.

Benditos los indios que no se dejan fotografiar
no roban el alma dicen y capaz tengan razón,
benditos los borrachos de mediodía,
el caldo de gallina a las 7 de la mañana.

Bendito mi hijo que me robó los sentimientos más sublimes,
los desaprobados en la libreta de calificaciones,
los castigos incumplidos, los profesores exigentes,
las maestras con minifalda y blusas escotadas.

Benditos los vampiros esos que no me dejan dormir tranquilo,
los fantasmas que acompañan a la soledad,
la vejez sin temores y los perros fieles,
las enfermeras que cambian pañales a los viejos sin sueños.

Benditos los que todavía creen que los sueños se cumplen,
los optimistas que se la creen y los realistas que los aterrizan,
los videntes que no pueden ver su futuro,
los que se tropiezan por no bajar la mirada.

Benditos los que lucharon por un amor,
los que murieron abrazados,
los que caminaron sin mirar para atrás,
los que ganaron las medallas de la victoria.

Benditos los drogadictos delirantes,
los que se entregaron a sus ideas y concretaron sus sueños,
los ladrones con ética, las Magdalenas,
los Ernesto "Che" Guevara, Luther King,
John Kennedy, Teresa de Calcuta.

Benditos los brindis aunque sean sin razón,
las mujeres que despiden los barcos,
los que pueden olvidar sin rencores,
los que se pueden mirar al espejo sin nada que ocultar.

Benditos los pacientes, los que no usan relojes,
los que sólo necesitan lo poco que desean.
Bendita la casa del pobre
que te la ofrece para dormir con atenciones de millonario.

Benditos los domingos de fútbol,
los goles de campeonato, el título del 97.
Benditas las viejas costumbres que no se pierden en el tiempo,
los ojos de mi abuelo y su voz de revolución.

Bendito lo que maldigo,
las rosas rojas, los olores con recuerdo,
las pasiones prohibidas, las tentaciones, el pecado,
el pan casero, las bicicletas, las mañanas sin sol.

Benditos los niños con su alegría contagiante,
su honestidad brutal, sus cabezitas soñadoras,
sus manos pequeñas, sus preguntas indiscretas,
sus juegos inventados y los amigos imaginarios.

Bendito el tiempo transcurrido,
bendito el futuro del viejo sin pasado,
bendito el mundo en el que vivo
aun que está lleno de malditos.

Malditos

Malditos los celulares imprudentes,
los que contestan a la hora del almuerzo,
los "deje su mensaje después de la señal",
los dile que no estoy.

Malditos las colas en los bancos,
la de los jubilados
que duermen en literas de cemento al aire libre,
la de las madres esperando la remesa de Gringolandia.

Maldito sea el caviar, el "Belle Epoque Blanc",
los autos último modelo,
los Ipods, Iphone y otras estupideces de Apple,
el “No.I Imperial Majesty”, la careta de la opulencia.

Malditos los que escupen al cielo y sin que les caiga siguen de largo,
los que agachan la cabeza por miedo al despido,
los que esconden al amor importándole más el que dirán,
los que se dieron cuenta tarde y saben que ya no hay vuelta atrás.

Malditas las familias felices y los desayunos de Domingo,
los besos de mamá y papá, los abrazos de hermanos,
la preocupación de la madre en la ventana,
el desgano del padre a la hora de hablar.

Malditas las deudas que generan intereses al corazón,
los malos pagos de la gente que nunca amó;
los ateos y los cristianos,
las viejas que andan derramando parábolas y se golpean el pecho.

Malditas las que siempre tienen la razón
malditas las que nunca la tienen
las que no saben insertar el hilo en la aguja
las que nunca se cortaron con un cuchillo.

Malditas las que lloran el final de una telenovela,
los que las escribieron y actuaron, los que la realizaron.
Maldita sea la felicidad, la tristeza, la depresión,
la falta de memoria, el ego, las mentiras piadosas.

Malditos los bares que cierran a las tres,
los restaurantes donde no se fuma
la cerveza con agua de "Pier"
los taxistas que les sobra la plata.

Malditos los amores cobardes,
los que se escondieron o los escondieron,
los que no quieren legalizar el matrimonio
el maricón que oculta su homosexualidad.

Malditos los violadores, los inquisidores, los negreros,
los que nunca te miran a los ojos, los que no aprietan las manos al saludar,
los que miran los escalones al bajar, los poseros, los niños de papá,
las putas que lo hacen por amor al arte.

Maldita sea tu cara de velocidad, tus ojos, los míos
tu pasión reprimida, mi temor de soltar la cuerda.
Maldito sea el ayer, el hoy, el futuro sin ayer,
el hoy sin futuro, el futuro sin mañana.

Maldito el sol de verano al mediodía,
las gotas de sudor en la gente
el buen humor de los que quieren caer bien
el que cae bien cuando quiere ser odiado.

Maldito el humo de la marihuana que apesta a mierda,
el trago barato pero no los que lo toman,
los que se meten entre los palos para conseguir lo que quieren;
los atajos, que siempre son más largos.

Malditos los viajes en avión,
las corridas de toros, las carreras de caballos,
las procesiones, el tráfico de la Vía Expresa,
la convivencia, el matrimonio, la separación, la decepción.

Maldito el recuerdo que a veces regresa,
el rostro del amor,
las palabras que nunca dije por que ya estaba de más,
las palabras que no debí decir y que ya las había dicho.

Maldito yo que no recuerdo quien soy,
que paseo por las calles pateando sueños rotos,
que miro de reojo a cualquiera que se me acerca,
que no quiero más un amor civilizado.

martes, 6 de enero de 2009

Despertar del mambo


De mi ambigüedad salen los peores sentimientos que jamás sentí, los cabellos de mujer ahora no son más que sucias greñas, las uñas negras y la cara sucia, los ojos siguen rojos y más desorbitados que nunca, la calle es dura para todos, el invierno más frío es el que voy a vivir, sin un techo donde pueda cobijarme ni dormir tranquilamente, tendré que pelearme por un pedazo de cartón, o quizás simplemente entre los periódicos de antes despierte. Comeré lo poco que encuentre, si con suerte encuentro algo y si es que logro comerlo, si no me lo quitan los lobos como dijo alguna vez García, yo no creo que entre a un bar a beber, por que no necesito estar en esos lugares para hacerlo, pero si me caerá la cana más de una vez, ya lo han hecho y seguirán haciéndolo, digamos que tenemos simpatía.

Antes hablaban de mí hasta personas que ni sabían que existían, hoy soy un recuerdo, una leyenda asexual, un cuento al que no le escribieron fin, y que desesperado salí a buscarlo entre Wiskhies y coca, con muchos kilos de menos, con la esperanza en un cajón, los ojos hundidos, la boca reseca y ensangrentada, así soy yo ahora, como el fantasma de Canterville paso entre la gente y ellos simplemente me ignoran, soy el monstruo que se comió al ser que todos creían era el bueno, soy el villano que le quito la careta al héroe.

Eso es lo que hay dentro de mi ambigüedad, miedo, incertidumbre, inseguridad, guerras internas entre mi corazón y mi cabeza. Mis demonios se apoderaron de mi ser, mi alma dejo de serla y se convirtió en un ente pensante, mi corazón era el único que aún no había sido contaminado, pero no sé cuánto más podrá resistir, la lucha es constante y dura, muy dura, las armas que usan lo debilitan cada vez más rápido, siento como cada latido se aleja un poco más. Pero sé también que si lo dejo caer todo se habrá perdido, no habrán más esperanzas, no habrá más sonrisas a medias antes de dormir, cuando pienso que mañana me rescatarán de este infierno, cuando pienso que todavía es posible salir. Hoy no busqué comida, ni cartones, ni alcohol, hoy simplemente vi pasar mi vida desde el primer día hasta lo que soy, orgulloso inflaba este remedo de pecho cuando había hecho algo que me enorgullecía, y bajé la mirada cuando me convertí en una estatua de sal, hoy sé que no vale cuanto tengas, ni todo lo que hayas hecho, no sirve de nada toda una vida cuando ni tú mismo sabes hacia donde vas, cuando te entregas al facilismo, cuando los vicios son más fuertes que tus sueños, cuando dejaste volar al amor. Ser un vampiro no es fácil, nunca lo fue, y hoy que los fantasmas me empañan en mi carrera contra el bien y el mal, y hoy que duermo cada vez menos, y hoy que no veo más que por el ayer, hoy sé que me acostumbré....

lunes, 5 de enero de 2009

Causa y Azares


No quiero nada y no necesito nada tampoco, por que lo que quiero y necesito ya lo tengo y con eso me basta y sobra, las cosas que necesito son tan simples como ir por ellas a buscarlas y las que quiero estan donde las puedo encontrar. Conozco muchas personas pero tengo pocos amigos, pecaría de mentiroso al decir que me faltan manos para contarlos, al contrario me sobran dedos para hacerlo. El amor un día pasó por mí me tomó de la mano y me elevo hasta lo más alto en el infinito veia la cara de velocidad del amor celoso de nosotros, lo que no tengo es por que no lo necesito y lo que no quiero es simplemente por que no me hece falta. Creo que lo único q me hace falta son un tocadisco, una máquina de escribir, un habano, una bicicleta y una mesa. Lo que no quiero es un auto, las distancias, el ticket para viajar, las visas , las fronteras; me hacen daño. No necesito más que cigarros, una taza de café, agua, pastillas y a ti; una lamparita, un cuaderno viejo, un buen libro con final infeliz, eso es importante, no necesito lujos, ni Iphone, ni cámaras digitales, ni una PC para poder escribir, ni un teléfono celular, ni un despertador, no quiero humo de la ciudad, ni autos con bocinas altas. Me gustaría tener un perro a quien acariciar cuando nadie me espere, me gustaría que el verano dure un mes y que el invierno sea eterno, que las noches de lluvia mojen toda mi ropa, y que el sol salga a secar las penas de los demás, me gustaria que Dios se acuerde de los que lo necesitan y que no se ocupe de regalar más a los que lo tienen todo, que el Diablo se siente en mi mesa y con el disfrutar un buen Wisky, que el dolor y las guerras terminen de una vez y para siempre, que el hombre entienda que mientras mas se aleja del niño que fue alguna vez mas se convierte en el hombre que nunca quizo ser.
No quiero nada y no necesito nada tampoco, por que lo que quiero y necesito ya lo tengo y con eso me basta y sobra, sólo me faltan las pequeñas cosas que hacen gigantes a algunos hombres... pero sin embargo no quiero ser como ellos y es por que ellos no te tenían a ti...