lunes, 9 de octubre de 2017

Ojos de videotape

Y de pronto todo el color cambió. El gris, regresó a mi cuarto, se sentó a la izquierda y me contó la historia de mi vida.
¡Qué vida!

Hoy, después de mucho, me siento a escribir, y aunque sin ganas, tengo que hacerlo. Es mi terapia, mi refugio (sobre todo hoy).
Dicen que cada adiós representa un nuevo comienzo, pero ¿quién nos preguntó si queremos este nuevo empezar?
¿Quién?

Tengo la tinta que llora sobre este papel gastado. Tengo en mi cabeza tu rostro, tus labios, tu sonrisa, tus palabras, tu pelo, tu olor, tu piel, tus ojos...
¡Tus ojos!

Tengo también esta mierda en mi mente, mi razón (la puta razón), esa sensación de querer protegerte de todo mal. Tengo ganas que estés acá, que no te hayas ido, de abrazarte, besarte y decir: "Te quiero, y siempre serás mi bonita".
Tengo ganas de escaparnos y mandar todo y a todos a la mierda (como en las películas).
Tengo ganas del último abrazo, ese abrazo que nos fundió en un solo ser.
Tengo ganas de no dejarte...
Pero, ya ves, a veces adiós representa un nuevo comienzo.