Cuánto puede influir la música en cada uno de nosotros… algunos pueden decir que en su forma de vestir, en la forma de caminar, de peinarse, en su estilo de vida, en fin; creo que hay mil y una razones para demostrar cómo influye la música en nuestras vidas, pero qué pasa cuando esa música se convierte como el pan de cada día en nuestro motor, en nuestras ganas, en nuestra preocupación. Y qué pasa cuando el personaje que hace esa música es un loco genial que demuestra su bella sensibilidad con cada palabra, con cada armonía que forma su obra, es ahí cuando la música se convierte en una suerte de religión y ese señor bicolor que alguna vez hizo alguna canción para mi muerte sale de mi pared para meterse dentro de mi ser…
Era 1986 no sé bien que día ni qué mes, llego a casa cansado de haber pasado un día en mi primer año de escuela y cuando me siento a la mesa para almorzar veo en la pantalla de mi televisor Toshiba un tipo flaco vestido de blanco, que gritaba “estoy verde, no me dejan salir” y no me estaba mintiendo, en verdad estaba verde, lo primero que pensé era ¿y este marciano de dónde salió?, después me enteraría que aquel marciano era Charly García.
En algún momento de mi adolescencia alguien me trajo un cassettito con un grupo que sonaba muy folk, dos voces una guitarra criolla y un pianito se presentaban con el nombre de VIDA, en el lado A, mientras en el lado B algo me decía que Dios es empleado en un mostrador y que siempre será igual, nunca cambiará Lunes es el día triste y gris de soledad. Me pegué enseguida con ellos dos, averigüé todo lo que podía y supe que en ese dueto estaba aquel tipo de blanco que me gritaba que estaba verde cuando yo tenía 6 años, aquel marciano era el que hoy se presentaba con esa música que me elevó hasta la estratósfera, un tiempo después ese mismo hombre flaco y alto me gritaba Yo canto para esa gente porque también soy uno de ellos, ellos escriben las cosas y yo les pongo melodía y verso, y fue en ese cassette llamado Instituciones donde Charly me cuenta que estuvo en el servicio militar y que lo que pensaba de los milicos no se podía callar “si ellos son la patria yo soy extranjero”
Porsuigieco me mostró un Fusia precioso y una canción tan bella como toda la obra de García Quiero ver, Quiero ser, Quiero entrar, cantada por María Rosa era la canción que me hacía estremecer. Al poco tiempo descubrí a 4 tipos con cara de locos pero que parecían buena onda se hacían llamar los Serú Girán y realmente creo que estaban algo locos, Eiti Leda me parece una de las canciones más lindas que ha escrito Charly (…Quiero quemar un poco las velas de los barcos anclados en mares helados, nena. Este invierno fue malo y creo que olvidé mi sombre en un subterráneo y tus piernas cada vez más largas saben que no puedo volver atrás, la ciudad se nos mea de risa, nena…), simplemente genial! Otra de las canciones emblemáticas y con el adjetivo de himno es la excelencia hecha música Seminare (…No hay fuerza alrededor no hay posiones para el amor, dónde estás, dónde voy, porque estamos en la calle de la sensación muy lejos del sol que quema de amor…), creo que esas dos canciones son poesía pura, son tan hermosas como el amor mismo, tan Charly García como el propio niño Carlitos que tocaba su pianito de juguete mientras jugaba a ser genio.
Puedo escribir mil cosas hoy a cerca del gran Charly García pero pondré algo que escribí hace algún tiempo para alguien que quise mucho, pero con algunos cambios, creo que me salió más o menos…
Qué pasa cuando lo real no tiene sentido, cuando el mañana está en el ayer,
cuando las melodías nos recuerda
que locos éramos los dos en los buenos tiempos.
Qué pasa cuando Anhedonia está tan lejos de mí,
cuando en el pasado y en el futuro sólo hay ruinas sobre ruinas,
cuando daría cualquier cosa por poder tener un poco más, más de lo que puedo dar
o quizás valga simplemente con buscar un viejo camisón.
Qué pasa cuando un quizás porque no basta,
cuando una mala señal cruza las piernas,
cuando lo único que hago es ir de la cama al living
para no volverme tan loco ni morir en el mundo hoy.
Qué pasa cuando sólo veo unos ojos de videotape,
cuando una filosofía barata y zapatos de goma no sirven para reir,
cuando me siento tan sólo y confundido a la vez
y no paro de hacer promesas sobre el bidet.
Qué pasa cuando yo te extraño, me extraño a mí,
cuando ela vai onde imagina que ele pensa que ela esta,
cuando tus palabras ya son muy lejanas y tu voz de paridad se va
diciéndome que es sólo un juego nomás.
Qué pasa cuando pienso en el alma que piensa,
cuando los espejos pueden mi reflejo esconder,
cuando morí sin morir y me abrecé al dolor
para buscar direcciones en libros para cocinar.
Ya no sé bien que decir, ya no sé más qué hacer,
me siento como el mendigo en el andén,
esperando que pase mi tren
para morir solamente los Domingos y los Lunes ya sentirme bien…
cuando las melodías nos recuerda
que locos éramos los dos en los buenos tiempos.
Qué pasa cuando Anhedonia está tan lejos de mí,
cuando en el pasado y en el futuro sólo hay ruinas sobre ruinas,
cuando daría cualquier cosa por poder tener un poco más, más de lo que puedo dar
o quizás valga simplemente con buscar un viejo camisón.
Qué pasa cuando un quizás porque no basta,
cuando una mala señal cruza las piernas,
cuando lo único que hago es ir de la cama al living
para no volverme tan loco ni morir en el mundo hoy.
Qué pasa cuando sólo veo unos ojos de videotape,
cuando una filosofía barata y zapatos de goma no sirven para reir,
cuando me siento tan sólo y confundido a la vez
y no paro de hacer promesas sobre el bidet.
Qué pasa cuando yo te extraño, me extraño a mí,
cuando ela vai onde imagina que ele pensa que ela esta,
cuando tus palabras ya son muy lejanas y tu voz de paridad se va
diciéndome que es sólo un juego nomás.
Qué pasa cuando pienso en el alma que piensa,
cuando los espejos pueden mi reflejo esconder,
cuando morí sin morir y me abrecé al dolor
para buscar direcciones en libros para cocinar.
Ya no sé bien que decir, ya no sé más qué hacer,
me siento como el mendigo en el andén,
esperando que pase mi tren
para morir solamente los Domingos y los Lunes ya sentirme bien…