Estaba el Diablo sentado en una silla rodeado de su séquito de brujas, una mesa redonda, más bien grande, de madera antigua y pesada, y un olor a azufre insoportable, de porte elegante, con una confianza que le se la ganó a base de terror, y una risa torcida parecida a la de Dios.
En su elegante mesa tenía diversos potajes y de los más exquisitos que nunca jamás había visto, parecía un cuadro surrealista robado de alguna iglesia satánica entre Mandrágoras y Salem, un asiento vacío hacía presagiar que los invitados no estaban completos y que el aquelarre esperaba esta vez una visita diferente.
Al fondo del pasillo que da a la entrada al comedor de Don Diablo, se encuentra un tipo común y silvestre, flaco, un poco temeroso, algo tímido, con el pelo hasta los hombros, que se comía los dedos de tanta angustia (y creo no es para menos, ¿quién antes ha podido sentarse a cenar con el mismísimo Diablo?).
Todo estaba bien alumbrado, es decir no había ni un rincón si un mínimo de luz, y aunque dicen el infierno arde por las llamas donde cumplen su condena las almas pecadoras, hoy creo que las llamas se agotaron pues hacía un frío que penetraba en los huesos. Unos pasos más allá se veía una suerte de museo de arte satánico, donde sobresalía La Hidra, con sus innumerables cabezas, del otro lado imponente su hermana Quimera, de pronto algo llamó mi atención era una cosa rara, bueno en verdad todo era raro, pero este tenia forma de perro, tal vez es la mascota pensé pero no, era el hermano de estas dos anteriores, Cancerbero, que parecía haber escapado de alguno de estos cuadros y vigilar sigilosamente mis movimientos, seguí caminando viendo cuadro por cuadro en un pasillo inmenso que parecía nunca acabar, cada pintura era tan real que parecía en cualquier momento iban a salir y seguirme como aquel híbrido que me miraba con ojos de perro en cada una de sus cabezas y que meneaba eufóricamente su cola de serpiente, más allá Centauros, Gorgonas, el indeseable y poco agraciado Caronte, todo parecía un cuento de la Grecia antigua, hasta el momento, sólo hasta el momento.
Cancerbero paró y dejó de menear la cola, y desapareció entre aullidos en canon con un eco sumamente hipnotizante, habían pinturas raras, de personajes que nunca antes había visto, en realidad nunca había visto algo parecido a esto, y no sé si sentirme afortunado pero espero salir satisfecho después de mi entrevista con el Diablo.
Bienvenido a la casa de la sabiduría, escuché con una voz de paridad que venía de todos lados y de ninguno a la vez, con un eco interminable e insoportable, la piel se me puso de gallina y no pude más con mis miedos, los personajes de aquellas pinturas ahora dejaban su porte formal y serio para mostrarme una sonrisa maquiavélica, Dios mío ayúdame pensé, y recordé rápidamente que esto no es dominio de Dios y que la casa de la sabiduría estaba tan lejos de Dios como yo en toda mi vida.
Nuevamente mi mirada se distrajo esta vez en la inigualable belleza de Lilith y a sus lados como guardianes inmóviles un par de Djinns, me quedé observando el agradable rostro de Lilith; con una tentación como aquella es obvio que Dios inventará el infierno, pensé.
Seguí adelante y vi muchas personas "normales" hombres y mujeres, casi 50 metros del pasillo tenían retratos de éstos asumo que eran Íncubos y Súcubos, todos personas bien parecidas de gran belleza y que de alguna forma habían trascendido en la historia de su lugar.
Joan Wytte, Elisabeth Sawyer, Carro Pentreath, Marie Laveau, Señora Alicia Kyteler, Margaret Jones, Juana de Arco, la Vieja Dorothy Clutterbuck, la Bruja de María Carmoney, Caroline de Brunswick, Anne Boleyn, Madre Shipton, Joan de Navarre, son algunas de las brujas que decoraban el lugar supongo que alguna encontraré en mi conversación con el Diablo.
Por fin se termino este túnel gráfico demoníaco, y ahora todas las pinturas volvieron a su estado natural de seriedad y porte elegante, una puerta grande tan grande como y brillante como el sol a cada lado se paraba un Lore con aquel aspecto desagradable y hasta repugnante. Uno de ellos se dirigió adentro y anunció mi llegada, luego de unos eternos y agotables segundos se abrieron de par en par las puertas del infierno.
Muchos candelabros alumbraban el frío comedor gigante, dos ojos de Neón penetraban mi alma, lo sentí así; cada palabra exhalaba un olor muy agradable, cabellos como el oro mismo, que apuesto mi alma al Diablo que brillarían aún en la más inmensa oscuridad, una sonrisa de galán de cine, un porte como ninguno, tenía un par de alas pegadas al cuerpo blancas como la leche, de verdad belleza inigualable, nunca había visto ser tan perfecto.
A su costado como un Harem de brujas dispuestas a satisfacer todas sus necesidades.
Siéntate, escuché salir de su boca de fuego y frialdad, espero confíes en mí y podamos tener una charla por lo menos cordial.
No te preocupes no soy católico y muchas veces cuestiono las decisiones que Dios toma.
Entonces esto sí promete ser agradable, sonrió con malicia.
Satán, Belcebú, Lucifer, cuál te gusta más?
En verdad el nombre es relativo, muchas veces no se recuerda el nombre sino la obra, la memoria humana es muy frágil más que un cristal diría yo no me molesto si me llamas Jesús, también soy hijo de Dios y de alguna manera estoy sacrificándome por la humanidad.
¿Alguna vez albergaste amor en tu corazón?
Amor, es una palabra que se ha prostituido en la Tierra, todos dicen amar o haber amado sin siquiera saber que significa o cuanto puede cambiar vuestras vidas. Si alguna vez amé, puedo asegurarte que aún lo hago, odio con todo el amor del universo a mi padre, al que me creo y al que me dio la oportunidad de ser como soy y que no me dio una oportunidad para demostrar que estaba en lo correcto y que hasta él a veces se equivoca también.
¿Y acaso cambiarías lo que eres para ser lo que tu padre quiso que seas?
Si nos regalan el libre albedrío es para hacer las cosas que queremos sin tener que rendirle cuentas a nadie, yo tengo una idea de humanidad viviendo en paz pero disfrutando de ese libre albedrío que se nos fue dado, no me arrepiento de ser lo que soy, ni de hacer lo que hago, soy este montón de miedos ajenos regalados por una fama que no busqué, que se encargaron de cargármela en las espaldas, mira que la mentira no solo habita aquí si no más allá de las nubes.
¿Quieres decir que Dios también miente?
Quiero decir que todo lo que se ha dicho es por que no conviene que el creador sea el malo de la película, siempre tiene que haber un Satanás a quien culpar un tipo que por querer no ser mediocre y buscar la perfección amenazó tal vez y sin querer los intereses de quien lo creó, nadie es perfecto, la perfección no existe es solo un pretexto que nació el día que me echaron de la diestra, el día que los ángeles bailaron las danzas prohibidas, el día en que se embriagaron con las lágrimas de mi desdicha, cuando comieron la hiel de mi venganza. Ese día descansó Dios.
¿Entonces él no sabía lo que se había hecho ese día después de que te largaron?
Es difícil decir que él no sabía, él se entera de todo, pero perdona a quien no debe hacerlo, a mí nunca me perdonó, y pensar que sólo quería alcanzar la perfección, pero ahí ves que la soberbia no es exclusiva del ser humano, todo se hereda, todo.
¿Tú, lo perdonaste ya?
Sí, pero no puedo olvidar, aún sigue latente el día que todos me señalaban y se reían cuando me expulsaron, esas imágenes estarán conmigo por toda la eternidad, no morirán ni las dejaré morir,
soy rencoroso digamos, orgulloso, y lo que hicieron fue herirme en lo que más duele, eso no se olvida, o al menos yo no lo hago.
Aquel día morí en vida, me mataron las personas que creía me querían, mi padre fue el primero en clavarme el puñal en la espalda, luego los demás abrieron muchas heridas y sus dedos jugaban entre las yagas metiéndolos y sacándolos para no olvidar el dolor que sentí, el dolor que me mató.
En ese momento no vi odio en su rostro, sus ojos de neón se apagaban, su voz de paridad de pronto tomaba ciertos matices, sus alas grandes y blancas se abrieron de par en par como si fuera a volar, las brujas desconcertadas me empujaban hacía la salida, Cancerbero ya no emitía sus aullidos en canon, más bien se refugiaba asustadizo debajo de la mesa, todo el infierno era un verdadero caos, los cuadros no reían con confianza, ni tenían porte de elegancia, había miedo en sus miradas, la casa de la sabiduría se convirtió en la casa de la angustia, mi encuentro con el Diablo había terminado de manera abrupta con una suerte de tristeza y melancolía, con odios y heridas que no van a cerrar jamás, con verdades por descubrir, con preguntas que realiizar a Dios, con mentiras que cuentan una verdad o con verdades que cuentan mentiras, ahora quién tiene la verdad, a quién creer, el Diablo es quien dice ser, Dios es el ser bondadoso que todos creemos?, ¿qué pasaría si nos dijeran que Dios ha muerto o que nunca existió?
Lucifer, Satanás, Belcebú o como quieran llamarlo me pareció un buen tipo, sus sirvientes y la gente que vive ahí no se ve acongojada, ni llena de odios, son tan iguales como nosotros, sólo que el concepto de belleza es muy distinto al que tenemos aquí arriba, quien sabe más allá de las nubes la belleza quizás sea igual o mejor o peor, no lo sabemos, es relativo.
Pero debajo de esas mil cabezas de la Hidra, o de ese Cancerbero con tres cabezas y cola de serpiente, o de los Lores o Djinns o todos esos demonios que habitan ahí abajo, quien sabe debajo de todo eso hay seres bondadosos, fieles, que se preocupan por quien les de de comer.
Mi encuentro con el Diablo puedo decir fue más que agradable, vi el lado humano del Diablo, me conmovió, pero no le terminé de creer, necesito escuchar a la otra parte para que se defienda y sacar mis conclusiones.
3 comentarios:
ya estas fumando esa vaina denuevo? jajaja, me gusta la forma tan gráfica de lo q describes.
NeTo
Muy bueno, la descripción, ese juego entre el diablo y tu, las preguntas, las respuestas. Muy Chevere Betazo!!
comentrario crítico: en principio, aunque la idea me parece buena, porque refleja una intención de cuestionamiento inteligente; tengo varios cuestionamientos de orden estilistico: en principio, me parece que sueltas el perro desde la primera línea. quiero decir, no me has sabido ocultar el misterio en la historia, ni bien viste la presa, soltaste a tu perro, cuando debiste arrinconarlo, agotarlo, hasta que no quede otra salida. no me digas que estás hablandome del diablo. en especial en este tipo de historias que son, cuando menos, manidas. ocúltalo. insinúalo. las descripciones son adecuadas, pero no hay cambios de ritmo. tu personaje está quieto al centro de la sala diabólica? no se mueve, no respira, no se escuchan sus pasos. no sé si me entiendes. me escribes un cuento como si fuera un "cuento", quiero decir, me lo anuncias como si fuera una mentira, cuando debes hacer lo posible para que tu lector se crea tu texto, lo piense posible; es más, intuya que lo que lee es lo que tú vives. entonces, cómo se hace eso, a partir de una estrategia en la que sepas qué quieres contar, pero en la que el cómo busque objetivos, párrafo por párrafo: emoción, intriga, miedo, imagen, etc. bueno, espero que no te moleste este comentario apurado y que, de seguro, es solo superficial.
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