En el mejor de los casos podría decir que estoy jodidamente enamorado, o quizás simplemente, ahora estoy enamorado y siempre estuve jodido...
Con tus ojos dejé de buscar lo que siempre quise encontrar, con tu sonrisa mi alma baila lo q mis pies no escuchan.
Y es que el amor de repente y por sorpresa me pegó con un mazo, y aturdido me dejé llevar sin reparar en las consecuencias (amar)
Nuestro amor de guerrilla, de ideología, de música...
Este amor que nos une y dio vida al motor que da fuerza para ver más allá (MIR = LIBERTAD).
Te amo a veces no basta...
En el silencio del camino las melodías hicieron su trabajo y el tiempo, nuestro peor enemigo, empezó ensañarse en no dejarnos disfrutar, y es que desde la primera vez él fue el primer opositor o quién sabe quizá un aliado (aun no determino bien su papel, o acaso será que no quiere que lo sepamos). El viaje duró lo que demoraron en cantar 6 ó 7 músicos, entre bandas y solistas, en una suerte de festival nocturno y corto, donde tú y yo habíamos comprado los mejores asientos de la primera fila.
Rubén Blades nos cantó la introducción del Maestra Vida, terminando su presentación con la interpretación de Manuela y un abrupto corte en ella, que apuró la salida de León Gieco al escenario, el que con maestría y esa confianza de grande nos presentó a capella y mientras la banda se armaba un estremecedor Cinco Siglos Igual. No recuerdo bien el repertorio del argentino pero sí me acuerdo de La Navidad de Luis, un tema que me parece conmovedor.
Luego vino Sabina que nos deliró, aunque con tanta música y tanto tiempo sólo alcanzo a oír Con la Frente Marchita y el estremecedor Y Sin Embargo Te Quiero.
Un acento mexicano nos advirtió que el amor es bailar y ese sólo tema bastó para ver de reojo como bailabas con la melodía. Ya con la tarea realizada los Café Tacuba dejaron el escenario. Ahí nomas subieron a la tarima dos adolescentes flacos y de cabellos largos, que nos regalaban una especie de Folk-Rock que nos invitó a soñar, cuando estaban por bajar del escenario decidieron hacer un "bis" a la vez que tú con los ojos cerrados seguías soñando naturaleza, yo queriendo soñar contigo, cerré los míos también.
Así terminó la actuación de Sui Generis.
Cuando nos vimos, al despertar, pediste tímidamente "Chipi - Chipi" y la bestia García subió al escenario para tocar con furia y amor, el hit que habías pedido, y para variar, Charly se apoderó del show y siguió con La Hija de la Lágrima hasta "Fax-U" , luego y con el temor de aburrir invitó a la mejor cantora de esta parte del mundo, como solía presentarla, la Sra. Mercedes Sosa para hacer parte del disco Alta Fidelidad, y a gritos y complicidad, decirle a García que "cada cual tiene un trip en el bocho, y que aun es difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo". Con "La Negra" cantaron un buen atado de temas, pero nuevamente el temor de aburrir hizo que llamara a unos amigos, David, Pedrito y el gran Moro junto con el "bigote bicolor" formaron "Seru Giran" que nos regaló un único tema, un blues, de los más lindos que escuché, sin embargo cuando la canción estaba por terminar, abruptamente se cerró el telón, y nuestro concierto llegó al final. Obviamente cada uno tomó su camino, con la incertidumbre de saber si te volvería a ver.
En el escenario la música siguió sonando, con algunos bises de Seru, pero que ya no sonaba igual, la luz, mi luz se había ido.
La soledad de mi cama y ese frío televisor encendido, no pudieron hacerme olvidar a esa mujer que acompañó mi viaje en un concierto que jamás olvidaré, y aunque cada salida, cada viaje, es un recital distinto, ninguno podrá acercarse al primero.
Han pasado siete meses desde aquel concierto, siete meses desde esa vez que un "perdón" fue el principio de este viaje lleno de magia, de música, de amor, de sueños y proyectos, este sueño tan tuyo y tan mío.
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