- Canción para mi muerte
- Necesito
- Dime quién me lo robó
- Estación
- Toma dos blues
- Natalio Ruiz
- Mariel y el capitán
- Amigo, vuelve a casa pronto
- Quizás porque
- Cuando comenzamos a nacer
- Posludio
- Cuando ya me empiece a quedar solo
- Bienvenidos al tren
- Un hada, un cisne
- Confesiones de invierno
- Rasguña las piedras
- Lunes otra vez
- Aprendizaje
- Mr. Jones, o pequeña semblanza de una familia tipo americana
- Lamentos, tribulaciones y ocaso de un tonto rey imaginario, o no
- Instituciones
- Tango en segunda
- El show de los muertos
- Las increíbles aventuras del Sr. Tijeras
- Pequeñas delicias de la vida conyugal
- El tuerto y los ciegos
- Música de fondo para cualquier fiesta animada
- Tema de Natalio
- Para quién canto yo entonces
- Juan Represión
- Botas locas
- La fuga del paralítico
- La niña juega en el gran jardín
- Blues del levante
- Nena
- Bubulina
- Fabricante de mentiras
- El fantasma de Canterville
- La mamá de Jimmy
- Fusia
- Viejo, solo y borracho
- Burbujas musicales
- Tu alma te mira hoy
- Las puertas de acuario
- Quiero ver, quiero ser, quiero entrar
- Mujer del bosque
- Todos los caballos blancos
- Antes de gira
- La colina de la vida
- Cómo mata el viento norte
- Boletos, pases y abonos
- No puedo verme
- Rock
- Por probar el vino y el agua salada
- Ah, te vi entre las luces
- Overtura 7.7.7
- Marilyn, la Cenicienta y las mujeres
- No te dejes desanimar
- Qué se puede hacer salvo ver películas
- Hipercandombe
- El vendedor de las muñecas de plástico
- Ruta perdedora
- Por las calles de Costa Rica
- Variaciones sobre música del alma
- Dos edificios dorados
- Hombre de mala sangre
- Sentado en el umbral de Dios
- Las dulces promesas
- Iba acabándose el vino
- Tema de los devotos
- Gaby
- Studio Jam
- Música del alma
- Eiti Leda
- El mendigo en el andén
- Separata
- Autos, jets, aviones, barcos
- Serú Girán
- Seminare
- Voy a mil
- Cosmigonón
- La grasa de las capitales
- San Francisco y el lobo
- Perro andaluz
- Frecuencia modulada
- Paranoia y soledad
- Noche de Perros
- Viernes 3 A.M.
- Los sobrevivientes
- Canción de Hollywood
- A los jóvenes de ayer
- Cuánto tiempo más llevará
- Canción de Alicia en el país
- La luna de marzo
- Mientras miro las nuevas olas
- Desarma y sangra
- Nayla
- Encuentro con el diablo
- Peperina
- Llorando en el espejo
- Con los ojos cerrados
- Cara de velocidad
- Esperando nacer
- 20 trajes verdes
- Cinemá Verité
- En la vereda del sol
- José Mercado
- Salir de la melancolía
- Lo que dice la lluvia
- No llores por mí, Argentina
- Popotitos
- Operación densa
- Despertar del mambo
- Rejas electrificadas
- Pubis angelical
- Monóculo fantástico
- All I dothe whole night through
- Sereno fantástico
- Trasatlántico Art Decó
- Caspa de estrellas
- Crimen, divina, productor
- Pubis angelical (vocal I)
- Pubis angelical (vocal II)
- Futuro pobre
- Tribunales del futuro pobre
- Todos los pubis juntos
- Yendo de la cama al living
- Superhéroes
- No bombardeen Buenos Aires
- Y vos también estabas verde
- Yo no quiero volverme tan loco
- Canción de dos por tres
- Peluca telefónica
- Inconsciente colectivo
- Nos siguen pegando abajo
- No soy un extraño
- Dos Cero Uno (Transas)
- Nuevos trapos
- Bancate ese defecto
- No me dejan salir (estoy verde)
- Los dinosaurios
- Plateado sobre plateado (Huellas en el mar)
- Ojos de videotape
- Terapia intensiva
- Conejo tecno
- Desfile agua y león
- Alicia va a la disco
- Agua y piano
- Chicas muertas
- Demoliendo hoteles
- Promesas sobre el bidet
- Raros peinados nuevos
- Piano bar
- ¿No te animas a despegar?
- No se va a llamar mi amor
- Tuve tu amor
- Rap del exilio
- Cerca de la revolución
- Total interferencia
- Ángeles y predicadores
- Culpable eternamente
- Pasajera en trance
- Gramercy Park Hotel
- Hablando a tu corazón
- La gente es la misma
- Necesito tu amor
- Buscando un símbolo de paz
- Parte de la religión
- Rap de las hormigas
- Adela en el carrousel
- No voy en tren
- Rezo por vos
- El karma de vivir al sur
- Ella adivinó
- En la ruta del tentenpié
- Obertura, títulos y presentación
- Anónimo musical
- Inocente llegada a la ciudad
- Tema de la radio
- Todo se revela alguna vez
- Callejón punk
- Ella sólo viste de blanco
- Persecución en la autopista
- Peces en el aire
- La ciudad se está apagando
- Tema final de Lo que vendrá
- No toquen
- Zocacola
- Fanky
- No me verás en el subte
- Ella es bailarina
- Anhedonia
- Suicida
- Fantasy
- A punto de caer
- Shisyastawuman
- Como me gustaría ser negro
- De mí
- Filosofía barata y zapatos de goma
- Reloj de plastilina
- Gato de metal
- No te mueras en mi casa
- Curitas
- Sólo un poquito no más
- Me siento mucho mejor
- Siempre puedes olvidar
- La canción del indeciso
- Himno Nacional Argentino
- Radio Pinti (primera parte)
- Radio Pinti (segunda parte)
- Dance, Pinti, Dace (Baila que ti fa bene)
- Tu amor
- Mientes
- Vampiro
- Rompan todo
- Mala señal
- 30 denarios
- Sólo Dios sabe
- Cucamonga dance
- Diana
- Happy and real
- Queen Elizabeth
- Mundo agradable
- No puedo dejar
- Ese tren
- A cada hombre, a cada mujer
- Hundiendo el Titanic
- Transformación
- Déjame entrar
- Nos veremos otra vez
- Si me das tu amor
- Muévete al hablar
- El tiempo es veloz
- Música del alma
- Parado en el medio de la vida
- Fotos de Tokio
- Casa de arañas
- Overture
- Víctima
- Jaco y Chofi
- Atlantis
- La sal no sala
- Chipi - Chipi
- Calle (taxi)
- Love is love
- Tema de amor
- Fax U
- Lament
- Intermedio
- Workin' in the morning
- Waitin'
- Kurosawa
- Chiquilín
- Andan (excerpt)
- James Brown
- Intraterreno
- No Sugar
- Atlantis
- Locomotion
- Andan (complete)
- There's a place
- You keep me hangin' on
- Positively 4th street
- Mellow Yellow
- Ticket to ride
- Little Wing
- Fifteen forever
- Build me buttercup
- Sweet Dreams
- Sittin 'on the dock of the bay
- fever
- Simphaty for the devil
- Te recuerdo invierno
- Estaba en llamas cuando me acosté
- Vemos...
- Canciones de jirafas
- Por favor, yo necesito un gol
- Alguien en el mundo piensa en mí
- A1
- Plan 9
- Contant Concept
- Say No More
- Cuchillos
- Casa Vacía
- Podrías entender
- Intuición
- El aguante
- Kill my mother
- Pedro trabaja en el cine
- No estaría mal
- Soldado de lata
- Correte Beethoven
- Tu arma en el sur
- Dos edificios dorados
- One to One (Demasiado Ego)
- Lo que ves es lo que hay (todo el mundo quiere olvidar)
- Sweet Home Buenos Aires
- It's only love
- Good Show (de las sombras a tu corazón)
- El chico del fin de semana
- El peso
- Poseidón
- Con su blanca palidez
- Sarabande
- El día que apagaron la luz
- Úsame un poquito más
- Yo soy su papá
- Afuera de la ciudad
- Tu pueblo también
- Cuando te vayas
- No es el fin
- Todos van al News Café
- Ten pena
- Aquí sin tu amor
- Aguante la amistad
- El chico y yo
- Espejos
- Monoblock
- Me tiré por vos
- Noveno B
- Digo de vos
- Sé mi nena
- Amo lo extraño
- Ya no te quiero
- Tu vicio
- I'm not in love
- Influencia
- Encuentro con el diablo
- El amor espera
- Película sordomuda
- Mi nena
- Tu vicio (gospel)
- Demasiado ego
- Influenza
- Dileando con un alma (que no puedo entender)
- Rehén
- Asesíname
- Linda bailarina
- Asesíname Stone
- VSD
- Tango
- Cretino
- Rock and Roll Yo
- Wonder (Love's in need of love today)
- Dealer
- Deberías saber por qué
- La medicina del amor
- No importa
- King Kong
- Pastillas
- Los fantasmas
- Corazón de hormigón
- Mirando las ruedas
- Break it Up
- In the city that never sleeps
- Telepáticamente
- La chica que se robó al mundo
- Cayendo en los brazos de la Venos de Milo
martes, 23 de octubre de 2012
Charly García, una para millones de vidas.
viernes, 7 de septiembre de 2012
Viernes 3 am
Hoy desperté agitado, sudando, recordé mientras dormía todo lo que había pasado, lo que viví y aun ocurre, quería salir corriendo de este cuarto, ta oscuro, tan solitario, tan mío, tan yo.
Era viernes, no recuerdo bien la hora, creo que el reloj marcaba las 2:35 a.m., recuerdo que estaba tan excitado que hasta sentía calentura, una especie de fiebre leve. De pronto en ese mismo instante recordé el fin de semana pasado, el sábado (seis días antes), estaba a estas horas bebiendo cualquier cosa que me pueda emborrachar, era mi única salida, mi escape para no pensar, para no volver a vivir lo vivido, y para dejar de vivir lo que hoy toca.
La imagen de una mujer, que no era la mía, una mujer mas bien distinta, de esas que nunca me gustaron, una de ellas, hoy me besa con pasión desenfrenada, y yo, dejando que todo pase, no pongo límites a sus deseos, el alcohol, la traición, el querer desaparecer, la depresión, todo ello te lleva a no poder tener control en tu vida, te hace ver lo bueno como malo, y lo malo como bueno, mientras pensaba que lo que hacia era lo correcto y vivía un engaño del que no podía ya salir.
Al reaccionar, me entraron ganas de llorar al ver que su rostro no era el de siempre, aquel rostro que llevaba en una foto dentro de mi billetera no estaba más, no estaría nunca más, un triste y casi imperceptible "Adiós" y salí corriendo del bar.
El domingo al despertar, no quise pensar en lo que había hecho con mi vida, en lo que habían hecho con mi vida, con mis sueños, con mi amor. Se habían llevado todo, lo habían dejado en un cuarto de 4x4 metros, con barrotes y sin ventanas, con soledad y sin culpas, sin respuestas y con muchas preguntas, todo se quedo dentro de esa soledad, esa misma soledad que hoy me agobia, me persigue y me arresta nuevamente, sin mayores culpas que por las que me encarcelaron, sin aclaraciones, ni declaraciones, sin juicios, ni sentencias.
Recuerdo que los primeros meses ahí dentro solía cantar las canciones que nos escribíamos. Los canas no eran tan malos en ese lugar, hasta conversaba con alguno, pero cuando le pedía casi llorando que me explique que hacía yo ahí, contrariado me decía: "No lo sé, ni sé por qué lo hacemos" y se iba pensando y mirando el suelo. Cuando me cambiaron de cárcel, me vendaron los ojos y con grilletes en manos y pies, me subieron a un auto o lo que sea, atrás íbamos cinco chicos y dos policías, nunca nos quitaron las vendas, ni los grilletes.
Por el camino, el aire helado, el frío y un poco de dolor de cabeza, pude darme cuenta que estábamos en la Sierra.
Bajen, grito con autoridad militar una voz ronca, caminamos cerca de diez o quince minutos, no debemos estar a mucha altura, pensé, porque no me había cansado por haber caminado ese tiempo, a pesar de que estaba muy débil, y eso que la comida en la cana no era tan mala, pero sólo el almuerzo era contundente (un poco de arroz, guiso o lentejas, una manzana y agua), solía ser el almuerzo, en el desayuno un poco de té y dos panes del día anterior o quizá anterior al de ayer.
Llegamos, las puertas eran de madera y parecía que era una casa antigua, por el rechinar de las bisagras, el piso era de madera y hacía más frío que allá afuera, bajamos unos escalones y a empujones me metieron ya sin grilletes en los pies, pero si en las manos y aun con la venda...
Estábamos los cinco, más un anciano. Nos presentamos:
Pablo, veinte años, estudia danza en la Católica, la noche que lo apresaron estaba en casa del novio, dormían cuando forzaron la puerta del departamento donde vivían, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.
Angello, comunicador, estaba por subir al avión, había ganado una beca para estudiar en Argentina, cuando pasó el último control se le acercaron dos tipos que le pidieron amablemente los siga, salieron del aeropuerto y subieron a un auto, sin mayores explicaciones, lo golpearon y taparon su rostro con una bolsa de tela negra. El día que lo arrestaron cumplía 25 años.
Ernesto, 32 años, el día de su graduación terminó muy borracho y no recuerda como lo apresaron, es lo único que dijo. Y a pesar de que habló poco su voz se me hizo familiar.
Rubén, tenía 19 años, era músico y niño aun, llorando nos contó que los policías entraron a romper todo en medio de un concierto que daba en el centro - golpearon tanto y a tantos - dijo. Casi sin respiración - mataron al baterista, él era mi hermano mayor, éramos los dos, no teníamos a nadie más - y se apoderó del lugar un silencio total.
Me llamo Luis, dijo una voz gastada por el cigarro, tengo 63 años, soy profesor de secundaria, enseño literatura. La mañana que me arrestaron, estaba por salir a la escuela, mi hija, gracias a dios, ya había salido, estábamos Watson, mi bulldog ingles, y yo. Tres tipos me tocaron la puerta, cuando abrí, muy amablemente me dijeron que tenían algo para mí y debía acompañarlos, iba a hacerles una pregunta cuando el más alto me abrazo y me dijo que no querían golpearme y que por favor colabore. Sabia que algo no andaba bien, ya se habían denunciado desapariciones en algunas zonas de la sierra, pero en la capital nunca había pasado nada.
Soy Roberto, dije, mañana cumplo 32, hace una semana que me arrestaron, fui a recoger a mi novia, a la universidad, dos tipos se me acercaron y sin decir palabra alguna me golpearon, me pusieron una bolsa de tela negra en la cabeza y me subieron a un auto, a dónde, no sé.
En ese lugar no sabían que era el desayuno o la cena, en su lugar nos daban un poco de agua con un tenue sabor a té, y el almuerzo no era mas que arroz blanco sin sal, un poco de carne de lo que sea, y un caldo de agua con sal y tres fideos. Ese fue mi alimento diario durante mi vida en prisión.
Aquel domingo en mi cuarto no quería pensar, ni recordar, ni nada.
No pude.
Los diálogos, las imágenes, los gritos, los golpes, todo lo recordaba con lujo de detalles, y sobre todo tu rostro, nunca olvidé en tanto tiempo tu rostro.
Esa madrugada de Viernes recordé todo lo que había recordado en la semana, me sentía triste, aburrido, con miedo, no tenía ganas de vivir.
Eran las 2:59 a.m. de la madrugada de ese viernes. Abrí el cajón de mi velador, saqué un arma que guardaba desde que salí de la cana, hace un año exactamente. Apreté las muelas al punto de casi quebrarlas, vi tu rostro, escuché decir "te amo", recordé nuestros sueños, tu sonrisa. No pude más.
Apreté el gatillo. lo último que vi fue mi reloj, 3 a.m.
Te vi hermosa, como la primera vez, como siempre...
Los que no pudimos más, nos fuimos.
Era viernes, no recuerdo bien la hora, creo que el reloj marcaba las 2:35 a.m., recuerdo que estaba tan excitado que hasta sentía calentura, una especie de fiebre leve. De pronto en ese mismo instante recordé el fin de semana pasado, el sábado (seis días antes), estaba a estas horas bebiendo cualquier cosa que me pueda emborrachar, era mi única salida, mi escape para no pensar, para no volver a vivir lo vivido, y para dejar de vivir lo que hoy toca.
La imagen de una mujer, que no era la mía, una mujer mas bien distinta, de esas que nunca me gustaron, una de ellas, hoy me besa con pasión desenfrenada, y yo, dejando que todo pase, no pongo límites a sus deseos, el alcohol, la traición, el querer desaparecer, la depresión, todo ello te lleva a no poder tener control en tu vida, te hace ver lo bueno como malo, y lo malo como bueno, mientras pensaba que lo que hacia era lo correcto y vivía un engaño del que no podía ya salir.
Al reaccionar, me entraron ganas de llorar al ver que su rostro no era el de siempre, aquel rostro que llevaba en una foto dentro de mi billetera no estaba más, no estaría nunca más, un triste y casi imperceptible "Adiós" y salí corriendo del bar.
El domingo al despertar, no quise pensar en lo que había hecho con mi vida, en lo que habían hecho con mi vida, con mis sueños, con mi amor. Se habían llevado todo, lo habían dejado en un cuarto de 4x4 metros, con barrotes y sin ventanas, con soledad y sin culpas, sin respuestas y con muchas preguntas, todo se quedo dentro de esa soledad, esa misma soledad que hoy me agobia, me persigue y me arresta nuevamente, sin mayores culpas que por las que me encarcelaron, sin aclaraciones, ni declaraciones, sin juicios, ni sentencias.
Recuerdo que los primeros meses ahí dentro solía cantar las canciones que nos escribíamos. Los canas no eran tan malos en ese lugar, hasta conversaba con alguno, pero cuando le pedía casi llorando que me explique que hacía yo ahí, contrariado me decía: "No lo sé, ni sé por qué lo hacemos" y se iba pensando y mirando el suelo. Cuando me cambiaron de cárcel, me vendaron los ojos y con grilletes en manos y pies, me subieron a un auto o lo que sea, atrás íbamos cinco chicos y dos policías, nunca nos quitaron las vendas, ni los grilletes.
Por el camino, el aire helado, el frío y un poco de dolor de cabeza, pude darme cuenta que estábamos en la Sierra.
Bajen, grito con autoridad militar una voz ronca, caminamos cerca de diez o quince minutos, no debemos estar a mucha altura, pensé, porque no me había cansado por haber caminado ese tiempo, a pesar de que estaba muy débil, y eso que la comida en la cana no era tan mala, pero sólo el almuerzo era contundente (un poco de arroz, guiso o lentejas, una manzana y agua), solía ser el almuerzo, en el desayuno un poco de té y dos panes del día anterior o quizá anterior al de ayer.
Llegamos, las puertas eran de madera y parecía que era una casa antigua, por el rechinar de las bisagras, el piso era de madera y hacía más frío que allá afuera, bajamos unos escalones y a empujones me metieron ya sin grilletes en los pies, pero si en las manos y aun con la venda...
Estábamos los cinco, más un anciano. Nos presentamos:
Pablo, veinte años, estudia danza en la Católica, la noche que lo apresaron estaba en casa del novio, dormían cuando forzaron la puerta del departamento donde vivían, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.
Angello, comunicador, estaba por subir al avión, había ganado una beca para estudiar en Argentina, cuando pasó el último control se le acercaron dos tipos que le pidieron amablemente los siga, salieron del aeropuerto y subieron a un auto, sin mayores explicaciones, lo golpearon y taparon su rostro con una bolsa de tela negra. El día que lo arrestaron cumplía 25 años.
Ernesto, 32 años, el día de su graduación terminó muy borracho y no recuerda como lo apresaron, es lo único que dijo. Y a pesar de que habló poco su voz se me hizo familiar.
Rubén, tenía 19 años, era músico y niño aun, llorando nos contó que los policías entraron a romper todo en medio de un concierto que daba en el centro - golpearon tanto y a tantos - dijo. Casi sin respiración - mataron al baterista, él era mi hermano mayor, éramos los dos, no teníamos a nadie más - y se apoderó del lugar un silencio total.
Me llamo Luis, dijo una voz gastada por el cigarro, tengo 63 años, soy profesor de secundaria, enseño literatura. La mañana que me arrestaron, estaba por salir a la escuela, mi hija, gracias a dios, ya había salido, estábamos Watson, mi bulldog ingles, y yo. Tres tipos me tocaron la puerta, cuando abrí, muy amablemente me dijeron que tenían algo para mí y debía acompañarlos, iba a hacerles una pregunta cuando el más alto me abrazo y me dijo que no querían golpearme y que por favor colabore. Sabia que algo no andaba bien, ya se habían denunciado desapariciones en algunas zonas de la sierra, pero en la capital nunca había pasado nada.
Soy Roberto, dije, mañana cumplo 32, hace una semana que me arrestaron, fui a recoger a mi novia, a la universidad, dos tipos se me acercaron y sin decir palabra alguna me golpearon, me pusieron una bolsa de tela negra en la cabeza y me subieron a un auto, a dónde, no sé.
En ese lugar no sabían que era el desayuno o la cena, en su lugar nos daban un poco de agua con un tenue sabor a té, y el almuerzo no era mas que arroz blanco sin sal, un poco de carne de lo que sea, y un caldo de agua con sal y tres fideos. Ese fue mi alimento diario durante mi vida en prisión.
Aquel domingo en mi cuarto no quería pensar, ni recordar, ni nada.
No pude.
Los diálogos, las imágenes, los gritos, los golpes, todo lo recordaba con lujo de detalles, y sobre todo tu rostro, nunca olvidé en tanto tiempo tu rostro.
Esa madrugada de Viernes recordé todo lo que había recordado en la semana, me sentía triste, aburrido, con miedo, no tenía ganas de vivir.
Eran las 2:59 a.m. de la madrugada de ese viernes. Abrí el cajón de mi velador, saqué un arma que guardaba desde que salí de la cana, hace un año exactamente. Apreté las muelas al punto de casi quebrarlas, vi tu rostro, escuché decir "te amo", recordé nuestros sueños, tu sonrisa. No pude más.
Apreté el gatillo. lo último que vi fue mi reloj, 3 a.m.
Te vi hermosa, como la primera vez, como siempre...
Los que no pudimos más, nos fuimos.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Soy ateo, gracias a dios
Desde muy chico siempre me interesaron dos temas, la muerte y la existencia de Dios, y es que quizás por venir de un colegio religioso era casi imprescindible el cuestionar algo que de por si, te lo imponen.
Los rezos, mandamientos, la iglesia, los curas, las monjas, la inquisición, las guerras, las plagas, el diluvio, en fin, mil y un cosas que desde muy niño hacían trabajar mi mente. Siempre escuché que Dios es amor puro, que él perdona todo y a todos, y a partir de ello comenzó mi cuestionario.
¿Cómo puede un ser que es todo amor, olvidarse de algunos que viven en la miseria absoluta, cómo puede este personaje tan lleno de piedad, dejar morir a niños en medio del desierto, convirtiéndose en la merienda de las aves rapases que aun agonizando picotean el cuerpecito de aquel pobre inocente?
No lo entiendo...
¿Cómo un Dios que todo lo ve, se hace el ciego cuando un representante suyo viola a menores, incluso de su mismo sexo, y tienen la desfachatez de condenar la homosexualidad, cómo si ama a todos por igual, es capaz de pedir sacrificios a sus fieles, pidiendo la vida de sus propios hijos?
Es obvio que el hombre tiene la culpa, exclusivamente de lo que pasa acá en la Tierra cuando algo se hace mal, pero cuando las cosas salen bien nos olvidamos del hombre y agradecemos a Dios, este dios que por su divinidad es un oportunista por excelencia, viene a desmerecer al hombre cuando éste tiene todo el mérito, en fin, así es la fe.
Recuerdo que en la adolescencia me interesé por descubrir nuevas experiencias religiosas, nuestro estado laico, tiene de laico sólo el título, porque desde que entras a un aula te imponen la religión católica, y eso que tus padres sin tu autorización te bautizaron, cuando no sabían que su hijo podría ser ateo, agnóstico o de alguna religión o secta diferente a la católica.
A lo que iba en la adolescencia me interesé por otras religiones, recuerdo que entre joda y joda, ingresé con algún primo a un lugar con nombre japonés, donde te hacían quitar los zapatos y dejarlos en una suerte de casillero sin seguro alguno, cuando entramos al salón, que era grande y blanco, con ventanas grades que dejaban entrar mucha luz, veo a algunos creyentes arrodillados frente a un hombre, y cuando nos disponíamos con mi primo a copiar la postura de los otros, escuchamos un grito de alguna mujer: "¡Mis zapatos!, ¡Me han robado mis zapatos!". Demás está decir que el caos se apodero del local, y nosotros fuimos los primeros en salir con un ataque de risa. Luego conocí a un amigo que era cristiano, fue realmente alucinante, nunca había visto tanto fanatismo en una religión, con sus canciones, sus puestas en escena, sus bautizos, y toda esas cosas que me causaban mucha risa, pero que también alimentaban mis dudas, ¿Es natural no sentir la presencia de un dios en el alma, es condenable que cada vez que escuche a alguien decir, "gracias dios mío por salvar a mi hijo", yo piense por qué no le agradeces al doctor que lo operó, es natural que le haga promesas a dios sólo cuando Alianza iba perdiendo o pedirle que nos regale el campeonato?
Estaba muy confundido, tenía miedo es cierto, porque si Dios existía iba a ser castigado por él, a pesar que todo lo perdona...
Soy ateo por convicción, por experiencia y porque no creo en un dios perfecto, en un creador que no se equivoca, en un ser incapaz de errar, porque si fuese así, nosotros no seríamos lo que somos, imagen y semejanza. Y si existe no me arrepiento de no creer en un ser tan diabólico que condena al que cuestiona y deja morir a su creación sin mover si quiera un dedo.
Soy ateo y estoy orgulloso de serlo y me gustaría que mis hijos se cuestionen la existencia de dios. Ser ateo señores no es tener una enfermedad mortal, no merecemos, ni queremos su lástima, ser ateo queridos amigos es abrir la mente, es negarse a la imposición de unos cuantos que creen tener la verdad de su parte, ser ateo no es ser malo, es poder gozar de la libertad de hacer lo que uno quiere sin remordimientos, ni culpas divinas.
En resumen, soy ateo, gracias a dios!
Los rezos, mandamientos, la iglesia, los curas, las monjas, la inquisición, las guerras, las plagas, el diluvio, en fin, mil y un cosas que desde muy niño hacían trabajar mi mente. Siempre escuché que Dios es amor puro, que él perdona todo y a todos, y a partir de ello comenzó mi cuestionario.
¿Cómo puede un ser que es todo amor, olvidarse de algunos que viven en la miseria absoluta, cómo puede este personaje tan lleno de piedad, dejar morir a niños en medio del desierto, convirtiéndose en la merienda de las aves rapases que aun agonizando picotean el cuerpecito de aquel pobre inocente?
No lo entiendo...
¿Cómo un Dios que todo lo ve, se hace el ciego cuando un representante suyo viola a menores, incluso de su mismo sexo, y tienen la desfachatez de condenar la homosexualidad, cómo si ama a todos por igual, es capaz de pedir sacrificios a sus fieles, pidiendo la vida de sus propios hijos?
Es obvio que el hombre tiene la culpa, exclusivamente de lo que pasa acá en la Tierra cuando algo se hace mal, pero cuando las cosas salen bien nos olvidamos del hombre y agradecemos a Dios, este dios que por su divinidad es un oportunista por excelencia, viene a desmerecer al hombre cuando éste tiene todo el mérito, en fin, así es la fe.
Recuerdo que en la adolescencia me interesé por descubrir nuevas experiencias religiosas, nuestro estado laico, tiene de laico sólo el título, porque desde que entras a un aula te imponen la religión católica, y eso que tus padres sin tu autorización te bautizaron, cuando no sabían que su hijo podría ser ateo, agnóstico o de alguna religión o secta diferente a la católica.
A lo que iba en la adolescencia me interesé por otras religiones, recuerdo que entre joda y joda, ingresé con algún primo a un lugar con nombre japonés, donde te hacían quitar los zapatos y dejarlos en una suerte de casillero sin seguro alguno, cuando entramos al salón, que era grande y blanco, con ventanas grades que dejaban entrar mucha luz, veo a algunos creyentes arrodillados frente a un hombre, y cuando nos disponíamos con mi primo a copiar la postura de los otros, escuchamos un grito de alguna mujer: "¡Mis zapatos!, ¡Me han robado mis zapatos!". Demás está decir que el caos se apodero del local, y nosotros fuimos los primeros en salir con un ataque de risa. Luego conocí a un amigo que era cristiano, fue realmente alucinante, nunca había visto tanto fanatismo en una religión, con sus canciones, sus puestas en escena, sus bautizos, y toda esas cosas que me causaban mucha risa, pero que también alimentaban mis dudas, ¿Es natural no sentir la presencia de un dios en el alma, es condenable que cada vez que escuche a alguien decir, "gracias dios mío por salvar a mi hijo", yo piense por qué no le agradeces al doctor que lo operó, es natural que le haga promesas a dios sólo cuando Alianza iba perdiendo o pedirle que nos regale el campeonato?
Estaba muy confundido, tenía miedo es cierto, porque si Dios existía iba a ser castigado por él, a pesar que todo lo perdona...
Soy ateo por convicción, por experiencia y porque no creo en un dios perfecto, en un creador que no se equivoca, en un ser incapaz de errar, porque si fuese así, nosotros no seríamos lo que somos, imagen y semejanza. Y si existe no me arrepiento de no creer en un ser tan diabólico que condena al que cuestiona y deja morir a su creación sin mover si quiera un dedo.
Soy ateo y estoy orgulloso de serlo y me gustaría que mis hijos se cuestionen la existencia de dios. Ser ateo señores no es tener una enfermedad mortal, no merecemos, ni queremos su lástima, ser ateo queridos amigos es abrir la mente, es negarse a la imposición de unos cuantos que creen tener la verdad de su parte, ser ateo no es ser malo, es poder gozar de la libertad de hacer lo que uno quiere sin remordimientos, ni culpas divinas.
En resumen, soy ateo, gracias a dios!
jueves, 30 de agosto de 2012
Extraño ser
Hace mucho que no escribo, no porque no
tenga de qué, al contrario hay muchas cosas para hacerlo, sin
embargo hay que tener ganas, hay que agarrar la lap top y comenzar a
teclear... últimamente me siento raro, raro conmigo, con el mundo,
con la persona que amo, con todos, y es que creo me cuesta mucho
adaptarme a los cambios, y más si son radicales o que modifiquen
bastante mi forma de vivir, mi rutina, mi monotonía.
Nunca pensé hablar de monotonía en mi
vida, nunca pensé hablar de ello, quizá sea la edad, quizá el que no pasa nada, quizá mis pocas ganas de seguir, mi aburrimiento rápido de todo o quizá simplemente es que siempre lo fui y no lo quise ver.
Hoy que todo es raro, que el mundo, mi mundo, gira al revés, hoy que el amor se ha transformado en carencia (que no suene a reclamo, simplemente es como se percibe en el ambiente), hoy que el tiempo se volvió enemigo, que las ganas se aburrieron de esperar un sábado, que los sábados lloraron cuando aún quedaban algunas risas en el cajón que guarda el domingo, hoy que todo eso pasa me siento extraño, y extraño las risas, el andar por las calles sin rumbo o con rumbo, el codo a codo, el ver a los extraños sonreír, hablar hasta que la boca reseca de tantas palabras se calle con un beso, y con ese mismo beso despertar con una sonrisa que nos invitaba a soñar.
Es extraño extrañar todo eso, cuando sé que está ahí, pero que cada vez cuesta más agarrarlo, porque cada día me alejo más y más, y es que de pronto lo hago para que no duela la despedida, para que cuando la herida esté abierta cicatrice rápido, llámenlo temor si quieren, miedo, terror, lo que quieran decirle, no sé porque es extraño sentirme tan extraño, de repente porque extraño lo que era, lo que pude ser, de pronto porque siempre me extrañé y nunca fui lo que creí ser.
Hace mucho, casi un año atrás, escribí algo diciendo que estaba jodido y enamorado, y creo que sí, es así... La cabeza jode y mucho, pregunta, piensa, planea, mil cosas hace el hijo de puta y hasta reprime con fuerza y rabia al corazón cuando éste quiere amar.
Necesitaba vomitar todo, o parte, o tal vez nada... pero necesitaba hacerlo.
sábado, 19 de mayo de 2012
Luz de Luna
A mitad de un otoño sui generis, el frío me ataca como de costumbre, solo, con ánimos de escribir, con cierta melancolía en el alma y con un nudo en el pecho, pero sin dos cosas fundamentales: las noches eternas y el cigarro, lo primero un poco difícil de lograr (el trabajo no me permite por el momento desvelos) y el segundo un poco más fácil de alcanzar (los vicios siempre te reciben con los brazos abiertos, además nunca lo dejé del todo y alguna noche por ahí lo extraño).
La música en las orejas me ayuda a calmar un poco la pena de la soledad cuando te visita sin que la llames, el sinsabor de un fin que esperabas no tenga fin, duele más aun. Los sueños que no sueñan más, los abrazos que no abrigan, los besos que hoy saben a sal, la mirada ciega que apagó la luz del camino que se supone debíamos seguir, en fin todas esas cursilerías que hasta hace poco me hacían feliz, hoy no están más. La vida siempre te da pero te quita sin pedir permiso, y casi siempre te quita lo que más quieres, si la luchas eres grande, si te quedas parado eres mediocre, etiquetas de la sociedad.
Este otoño me agarró con un golpe en la garganta, conatos de fiebre y dolores de cabeza. A los treinta y un años, uno ya no se es un jovencito, no se es un chico de quince, ni se es uno de veinte, menos de veinticinco, ni si quiera de treinta, a los treinta y un años, creo es la edad perfecta para saber ¿qué hacer con tu vida, formar una familia o vivir en soledad, despegar profesionalmente o quedarte como un empleado más, comprar una casa o un departamento, o vivir arrendando hogar?, en fin, todas esas cosas. Yo por mi parte creo que elegí hace mucho tiempo, casi inconscientemente, cuando imaginaba a un viejo solitario, en un cuarto muy poco iluminado, con un cigarro a medio fumar, algo de alcohol, algunos libros tirados, una radio vieja, una tele de esas a tubos, el recuerdo de algún logro realizado y cierta paz que inquieta y es que anoche dormí con esa idea nuevamente en la cabeza y hasta la soñé, fue rarísimo, siempre me gustó esa suerte de visión de mi futuro, pero anoche la sentí como una pesadilla, y en la madrugada, cuando desperté sentí un vacío muy grande, una pena que jamás había sentido antes, quería huir, salir a algún lugar donde no conozca a nadie, esconderme de mí, no ver nunca más un espejo, simplemente, y aunque suene contradictorio, quería alquilar un cuarto viejo y envejecer ahí, con mis recuerdos y penas, con mis sueños que no sueñan, y con las fotos grabadas en mi cabeza.
Es cómica hasta el punto de convertirse en dramática esta escena llamada vida, es compleja y hasta aburrida, es intensa y lerda, desgastante y embriagadora, es lo que toca vivir, algunos con familias, otros sin ellas, algunos con hijos otros sin bebes, unos con amor otros con mentiras, algunos que luchan siempre otros que se cansan a los treinta y un años.
La música en las orejas me ayuda a calmar un poco la pena de la soledad cuando te visita sin que la llames, el sinsabor de un fin que esperabas no tenga fin, duele más aun. Los sueños que no sueñan más, los abrazos que no abrigan, los besos que hoy saben a sal, la mirada ciega que apagó la luz del camino que se supone debíamos seguir, en fin todas esas cursilerías que hasta hace poco me hacían feliz, hoy no están más. La vida siempre te da pero te quita sin pedir permiso, y casi siempre te quita lo que más quieres, si la luchas eres grande, si te quedas parado eres mediocre, etiquetas de la sociedad.
Este otoño me agarró con un golpe en la garganta, conatos de fiebre y dolores de cabeza. A los treinta y un años, uno ya no se es un jovencito, no se es un chico de quince, ni se es uno de veinte, menos de veinticinco, ni si quiera de treinta, a los treinta y un años, creo es la edad perfecta para saber ¿qué hacer con tu vida, formar una familia o vivir en soledad, despegar profesionalmente o quedarte como un empleado más, comprar una casa o un departamento, o vivir arrendando hogar?, en fin, todas esas cosas. Yo por mi parte creo que elegí hace mucho tiempo, casi inconscientemente, cuando imaginaba a un viejo solitario, en un cuarto muy poco iluminado, con un cigarro a medio fumar, algo de alcohol, algunos libros tirados, una radio vieja, una tele de esas a tubos, el recuerdo de algún logro realizado y cierta paz que inquieta y es que anoche dormí con esa idea nuevamente en la cabeza y hasta la soñé, fue rarísimo, siempre me gustó esa suerte de visión de mi futuro, pero anoche la sentí como una pesadilla, y en la madrugada, cuando desperté sentí un vacío muy grande, una pena que jamás había sentido antes, quería huir, salir a algún lugar donde no conozca a nadie, esconderme de mí, no ver nunca más un espejo, simplemente, y aunque suene contradictorio, quería alquilar un cuarto viejo y envejecer ahí, con mis recuerdos y penas, con mis sueños que no sueñan, y con las fotos grabadas en mi cabeza.
Es cómica hasta el punto de convertirse en dramática esta escena llamada vida, es compleja y hasta aburrida, es intensa y lerda, desgastante y embriagadora, es lo que toca vivir, algunos con familias, otros sin ellas, algunos con hijos otros sin bebes, unos con amor otros con mentiras, algunos que luchan siempre otros que se cansan a los treinta y un años.
jueves, 10 de mayo de 2012
Una cita y un amor
Recuerdo que venía muy solo, que ya andaba acostumbrado de tanta soledad y quería seguir así.
Era un Lunes de Agosto y mi soledad asustada se había refugiado en un rincón de mi alma, mientras mi cabeza seguía conmigo de vacaciones y mi corazón latía más y más fuerte con cada palabra leída, con cada palabra escrita y pensada. Las canciones se habían convertido en ramos de flores y cajitas de chocolates, y es que era, o es difícil, hablar de ella sin pensar en una canción. En ese momento recuerdo que se me había pegado un tema del gran Charly García, "...yo estaba en un lugar a punto de caer y aunque te parezca extraño, música es lo que das..." así cantaba la canción pero no sabía a quién, quién me había tendido la mano para no ir al vacío absoluto, para rescatarme con su alma de música, con sus palabras calmas, con su sonrisa soñada, con sus ojos llenos de amor, no la conocía pero ya se la cantaba, soñándola quizás.
Era un Lunes de Agosto, no un Lunes cualquiera, no Lunes otra vez, no. Era "el Lunes", que de repente y no hubiese existido si mi viaje frustrado a un festival se hubiera realizado (que para ser sincero no le puse muchas ganas y en el fondo sabía que lo que quería era estar el Lunes con ella).
Desperté temprano aquel Lunes, y como siempre esperé que aparecieras en ese monitor empolvado, para poder leerte y que me leas, para poder saber cómo estabas, para seguir despidiéndome de la soledad que era la compañera fiel hasta ese día, o días antes quizás. Hablamos, no recuerdo bien si mucho o poco, pero hablamos, quedamos en vernos no recuerdo si a las 2 ó 3 de la tarde, pero quedamos. Calculé salir de casa para llegar justo a la hora, pero no contaba con los semáforos y la débil capacidad de ubicación de un taxista con mucha paciencia al manejar. Te vi sentada en una banca de Quilca y Garcilazo de la Vega, hacía un poco de frío y la tarde estaba gris, llevabas una camisa o blusa, como le dicen las mujeres, para mí no se diferencian en nada pero bueno, son cosas de chicas que los chicos no entenderemos jamás, en fin, yo estaba muy nervioso, ansioso, quería verte, saludarte en persona, darte un beso, pero también tenía miedo, miedo del silencio, miedo de estar engañándome con una ilusión quizá no correspondida, en fin mi cabeza en ese instante era una ensalada. Fuimos a almorzar comida vegetariana a un restaurante al que ella iba. Caminamos hasta el lugar, que no estaba muy lejos, nos sentamos y pedimos, o más bien ella ordenó (yo ya había comido, asegurándome el comer poco si no me gustaba o simplemente no comer nada), de entrada una crema de zapallo y de segundo creo que lentejas o algo así, yo me quedé con el primer plato y tú probaste de mi crema, a pesar que no te gusta las sopas. El almuerzo pasó entre risas y bocados, cuando terminamos un cigarrillo nos acompañó en nuestro andar.
Me contaste muchas cosas en el camino, que querías que tu padre te regalará una cámara de fotos, semi pro o pro, pero una buena, y que también querías una Mac, recuerdo que vimos también algunos carteles en una calle, algo de un deudor o estafador y le habían hecho su cartel con foto y nombre completo, cosa que nos causó cierta gracia. Llegamos a un bar, de esos que se detuvieron en el tiempo, nos tomamos una Pilsen helada, quisiste poner una canción en la vieja rockola pero no salió y la tuviste que remplazar.
Luego nos fuimos a comprar LPs, que era para lo que habíamos quedado, fuiste por salsa, compraste con entusiasmo y llevaste seis discos, cuatro de salsa y dos de Charly García (Yendo de la cama al living y Parte de la religión), tu rostro era increíble, nunca pensé ver tanta felicidad en los ojos de alguien y obviamente el momento quedó inmortalizado en una foto, la más linda que alguna vez tomé.
Al salir de aquel lugar caminamos hasta una librería cuando la noche ya estaba encima de nuestras cabezas, necesitabas un libro para la amiga de una amiga, o la amiga de la mamá de una amiga, o algo así. Estuvimos buen rato en "El Virrey" y al salir la garúa limeña amenazaba con humedecer nuestras caras. Uno, dos pasos y sonaba en el café del costado "Llueve sobre mojado" de Páez, nos paramos inmóviles cantando y riendo, magia y música, música y complicidad, magia y amor que comenzaba a caminar...
Llegamos en taxi a "Polvos Azules" buscando un disfraz y una barita mágica, muchos intentos frustrados pero varías risas, cuando nos dimos por vencidos, salimos del lugar y fuimos por algo de comer, un postre no caería mal...
Anclamos en "Berizzo" después de hacer la mitad del viaje a pie y la otra mitad en taxi, (querías quedar bien, me lo soltaste este martes, jeje), pediste un pie de limón y un café, y yo pie de manzana y un jugo de naranja, entre sueños y confesiones, entre conocernos y querernos siguió la noche, ahora con una copa de vino en tus manos y un café expreso en las mías, mientras mis ojos besaban tus labios y miraban tus ojos tratando de encontrar la ilusión que yacía en mi corazón.
Era un Lunes, no un Lunes cualquiera, pero que como todos tenía un final, un final que no lo había planeado y que no quería que llegara, caminamos siete cuadras hasta el paradero donde ibas a tomar la combi que te llevaría a casa de tu amiga July, la temperatura había bajado un poco y te presté una casaca que tenía puesta para que te abrigues y unos metros antes de llegar me la devolviste. Ya en el paradero me armé de valor y puse mi brazo en tus hombros, tenías frío, que pasó a un segundo plano cuando el abrazo se concretó.
Un beso en la mejilla, la promesa de tu llamada cuando llegaras a casa de tu amiga y el "chau" indeseado.
Aquel Lunes 22 de Agosto, no fue un Lunes cualquiera, fue la primera cita, fue conocer al amor, fue empezar esta historia sin fin, esta historia de siete vidas, fue música, magia, miradas, sonrisas, vinilos, fue y aun es amor y música, magia y amor, sueños y amor, amor y alegría, amor y Mar.
Era un Lunes de Agosto y mi soledad asustada se había refugiado en un rincón de mi alma, mientras mi cabeza seguía conmigo de vacaciones y mi corazón latía más y más fuerte con cada palabra leída, con cada palabra escrita y pensada. Las canciones se habían convertido en ramos de flores y cajitas de chocolates, y es que era, o es difícil, hablar de ella sin pensar en una canción. En ese momento recuerdo que se me había pegado un tema del gran Charly García, "...yo estaba en un lugar a punto de caer y aunque te parezca extraño, música es lo que das..." así cantaba la canción pero no sabía a quién, quién me había tendido la mano para no ir al vacío absoluto, para rescatarme con su alma de música, con sus palabras calmas, con su sonrisa soñada, con sus ojos llenos de amor, no la conocía pero ya se la cantaba, soñándola quizás.
Era un Lunes de Agosto, no un Lunes cualquiera, no Lunes otra vez, no. Era "el Lunes", que de repente y no hubiese existido si mi viaje frustrado a un festival se hubiera realizado (que para ser sincero no le puse muchas ganas y en el fondo sabía que lo que quería era estar el Lunes con ella).
Desperté temprano aquel Lunes, y como siempre esperé que aparecieras en ese monitor empolvado, para poder leerte y que me leas, para poder saber cómo estabas, para seguir despidiéndome de la soledad que era la compañera fiel hasta ese día, o días antes quizás. Hablamos, no recuerdo bien si mucho o poco, pero hablamos, quedamos en vernos no recuerdo si a las 2 ó 3 de la tarde, pero quedamos. Calculé salir de casa para llegar justo a la hora, pero no contaba con los semáforos y la débil capacidad de ubicación de un taxista con mucha paciencia al manejar. Te vi sentada en una banca de Quilca y Garcilazo de la Vega, hacía un poco de frío y la tarde estaba gris, llevabas una camisa o blusa, como le dicen las mujeres, para mí no se diferencian en nada pero bueno, son cosas de chicas que los chicos no entenderemos jamás, en fin, yo estaba muy nervioso, ansioso, quería verte, saludarte en persona, darte un beso, pero también tenía miedo, miedo del silencio, miedo de estar engañándome con una ilusión quizá no correspondida, en fin mi cabeza en ese instante era una ensalada. Fuimos a almorzar comida vegetariana a un restaurante al que ella iba. Caminamos hasta el lugar, que no estaba muy lejos, nos sentamos y pedimos, o más bien ella ordenó (yo ya había comido, asegurándome el comer poco si no me gustaba o simplemente no comer nada), de entrada una crema de zapallo y de segundo creo que lentejas o algo así, yo me quedé con el primer plato y tú probaste de mi crema, a pesar que no te gusta las sopas. El almuerzo pasó entre risas y bocados, cuando terminamos un cigarrillo nos acompañó en nuestro andar.
Me contaste muchas cosas en el camino, que querías que tu padre te regalará una cámara de fotos, semi pro o pro, pero una buena, y que también querías una Mac, recuerdo que vimos también algunos carteles en una calle, algo de un deudor o estafador y le habían hecho su cartel con foto y nombre completo, cosa que nos causó cierta gracia. Llegamos a un bar, de esos que se detuvieron en el tiempo, nos tomamos una Pilsen helada, quisiste poner una canción en la vieja rockola pero no salió y la tuviste que remplazar.
Luego nos fuimos a comprar LPs, que era para lo que habíamos quedado, fuiste por salsa, compraste con entusiasmo y llevaste seis discos, cuatro de salsa y dos de Charly García (Yendo de la cama al living y Parte de la religión), tu rostro era increíble, nunca pensé ver tanta felicidad en los ojos de alguien y obviamente el momento quedó inmortalizado en una foto, la más linda que alguna vez tomé.
Al salir de aquel lugar caminamos hasta una librería cuando la noche ya estaba encima de nuestras cabezas, necesitabas un libro para la amiga de una amiga, o la amiga de la mamá de una amiga, o algo así. Estuvimos buen rato en "El Virrey" y al salir la garúa limeña amenazaba con humedecer nuestras caras. Uno, dos pasos y sonaba en el café del costado "Llueve sobre mojado" de Páez, nos paramos inmóviles cantando y riendo, magia y música, música y complicidad, magia y amor que comenzaba a caminar...
Llegamos en taxi a "Polvos Azules" buscando un disfraz y una barita mágica, muchos intentos frustrados pero varías risas, cuando nos dimos por vencidos, salimos del lugar y fuimos por algo de comer, un postre no caería mal...
Anclamos en "Berizzo" después de hacer la mitad del viaje a pie y la otra mitad en taxi, (querías quedar bien, me lo soltaste este martes, jeje), pediste un pie de limón y un café, y yo pie de manzana y un jugo de naranja, entre sueños y confesiones, entre conocernos y querernos siguió la noche, ahora con una copa de vino en tus manos y un café expreso en las mías, mientras mis ojos besaban tus labios y miraban tus ojos tratando de encontrar la ilusión que yacía en mi corazón.
Era un Lunes, no un Lunes cualquiera, pero que como todos tenía un final, un final que no lo había planeado y que no quería que llegara, caminamos siete cuadras hasta el paradero donde ibas a tomar la combi que te llevaría a casa de tu amiga July, la temperatura había bajado un poco y te presté una casaca que tenía puesta para que te abrigues y unos metros antes de llegar me la devolviste. Ya en el paradero me armé de valor y puse mi brazo en tus hombros, tenías frío, que pasó a un segundo plano cuando el abrazo se concretó.
Un beso en la mejilla, la promesa de tu llamada cuando llegaras a casa de tu amiga y el "chau" indeseado.
Aquel Lunes 22 de Agosto, no fue un Lunes cualquiera, fue la primera cita, fue conocer al amor, fue empezar esta historia sin fin, esta historia de siete vidas, fue música, magia, miradas, sonrisas, vinilos, fue y aun es amor y música, magia y amor, sueños y amor, amor y alegría, amor y Mar.
jueves, 15 de marzo de 2012
Recuerdo de un Concierto Interprovincial
En el mejor de los casos podría decir que estoy jodidamente enamorado, o quizás simplemente, ahora estoy enamorado y siempre estuve jodido...
Con tus ojos dejé de buscar lo que siempre quise encontrar, con tu sonrisa mi alma baila lo q mis pies no escuchan.
Y es que el amor de repente y por sorpresa me pegó con un mazo, y aturdido me dejé llevar sin reparar en las consecuencias (amar)
Nuestro amor de guerrilla, de ideología, de música...
Este amor que nos une y dio vida al motor que da fuerza para ver más allá (MIR = LIBERTAD).
Te amo a veces no basta...
En el silencio del camino las melodías hicieron su trabajo y el tiempo, nuestro peor enemigo, empezó ensañarse en no dejarnos disfrutar, y es que desde la primera vez él fue el primer opositor o quién sabe quizá un aliado (aun no determino bien su papel, o acaso será que no quiere que lo sepamos). El viaje duró lo que demoraron en cantar 6 ó 7 músicos, entre bandas y solistas, en una suerte de festival nocturno y corto, donde tú y yo habíamos comprado los mejores asientos de la primera fila.
Rubén Blades nos cantó la introducción del Maestra Vida, terminando su presentación con la interpretación de Manuela y un abrupto corte en ella, que apuró la salida de León Gieco al escenario, el que con maestría y esa confianza de grande nos presentó a capella y mientras la banda se armaba un estremecedor Cinco Siglos Igual. No recuerdo bien el repertorio del argentino pero sí me acuerdo de La Navidad de Luis, un tema que me parece conmovedor.
Luego vino Sabina que nos deliró, aunque con tanta música y tanto tiempo sólo alcanzo a oír Con la Frente Marchita y el estremecedor Y Sin Embargo Te Quiero.
Un acento mexicano nos advirtió que el amor es bailar y ese sólo tema bastó para ver de reojo como bailabas con la melodía. Ya con la tarea realizada los Café Tacuba dejaron el escenario. Ahí nomas subieron a la tarima dos adolescentes flacos y de cabellos largos, que nos regalaban una especie de Folk-Rock que nos invitó a soñar, cuando estaban por bajar del escenario decidieron hacer un "bis" a la vez que tú con los ojos cerrados seguías soñando naturaleza, yo queriendo soñar contigo, cerré los míos también.
Así terminó la actuación de Sui Generis.
Cuando nos vimos, al despertar, pediste tímidamente "Chipi - Chipi" y la bestia García subió al escenario para tocar con furia y amor, el hit que habías pedido, y para variar, Charly se apoderó del show y siguió con La Hija de la Lágrima hasta "Fax-U" , luego y con el temor de aburrir invitó a la mejor cantora de esta parte del mundo, como solía presentarla, la Sra. Mercedes Sosa para hacer parte del disco Alta Fidelidad, y a gritos y complicidad, decirle a García que "cada cual tiene un trip en el bocho, y que aun es difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo". Con "La Negra" cantaron un buen atado de temas, pero nuevamente el temor de aburrir hizo que llamara a unos amigos, David, Pedrito y el gran Moro junto con el "bigote bicolor" formaron "Seru Giran" que nos regaló un único tema, un blues, de los más lindos que escuché, sin embargo cuando la canción estaba por terminar, abruptamente se cerró el telón, y nuestro concierto llegó al final. Obviamente cada uno tomó su camino, con la incertidumbre de saber si te volvería a ver.
En el escenario la música siguió sonando, con algunos bises de Seru, pero que ya no sonaba igual, la luz, mi luz se había ido.
La soledad de mi cama y ese frío televisor encendido, no pudieron hacerme olvidar a esa mujer que acompañó mi viaje en un concierto que jamás olvidaré, y aunque cada salida, cada viaje, es un recital distinto, ninguno podrá acercarse al primero.
Han pasado siete meses desde aquel concierto, siete meses desde esa vez que un "perdón" fue el principio de este viaje lleno de magia, de música, de amor, de sueños y proyectos, este sueño tan tuyo y tan mío.
Con tus ojos dejé de buscar lo que siempre quise encontrar, con tu sonrisa mi alma baila lo q mis pies no escuchan.
Y es que el amor de repente y por sorpresa me pegó con un mazo, y aturdido me dejé llevar sin reparar en las consecuencias (amar)
Nuestro amor de guerrilla, de ideología, de música...
Este amor que nos une y dio vida al motor que da fuerza para ver más allá (MIR = LIBERTAD).
Te amo a veces no basta...
En el silencio del camino las melodías hicieron su trabajo y el tiempo, nuestro peor enemigo, empezó ensañarse en no dejarnos disfrutar, y es que desde la primera vez él fue el primer opositor o quién sabe quizá un aliado (aun no determino bien su papel, o acaso será que no quiere que lo sepamos). El viaje duró lo que demoraron en cantar 6 ó 7 músicos, entre bandas y solistas, en una suerte de festival nocturno y corto, donde tú y yo habíamos comprado los mejores asientos de la primera fila.
Rubén Blades nos cantó la introducción del Maestra Vida, terminando su presentación con la interpretación de Manuela y un abrupto corte en ella, que apuró la salida de León Gieco al escenario, el que con maestría y esa confianza de grande nos presentó a capella y mientras la banda se armaba un estremecedor Cinco Siglos Igual. No recuerdo bien el repertorio del argentino pero sí me acuerdo de La Navidad de Luis, un tema que me parece conmovedor.
Luego vino Sabina que nos deliró, aunque con tanta música y tanto tiempo sólo alcanzo a oír Con la Frente Marchita y el estremecedor Y Sin Embargo Te Quiero.
Un acento mexicano nos advirtió que el amor es bailar y ese sólo tema bastó para ver de reojo como bailabas con la melodía. Ya con la tarea realizada los Café Tacuba dejaron el escenario. Ahí nomas subieron a la tarima dos adolescentes flacos y de cabellos largos, que nos regalaban una especie de Folk-Rock que nos invitó a soñar, cuando estaban por bajar del escenario decidieron hacer un "bis" a la vez que tú con los ojos cerrados seguías soñando naturaleza, yo queriendo soñar contigo, cerré los míos también.
Así terminó la actuación de Sui Generis.
Cuando nos vimos, al despertar, pediste tímidamente "Chipi - Chipi" y la bestia García subió al escenario para tocar con furia y amor, el hit que habías pedido, y para variar, Charly se apoderó del show y siguió con La Hija de la Lágrima hasta "Fax-U" , luego y con el temor de aburrir invitó a la mejor cantora de esta parte del mundo, como solía presentarla, la Sra. Mercedes Sosa para hacer parte del disco Alta Fidelidad, y a gritos y complicidad, decirle a García que "cada cual tiene un trip en el bocho, y que aun es difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo". Con "La Negra" cantaron un buen atado de temas, pero nuevamente el temor de aburrir hizo que llamara a unos amigos, David, Pedrito y el gran Moro junto con el "bigote bicolor" formaron "Seru Giran" que nos regaló un único tema, un blues, de los más lindos que escuché, sin embargo cuando la canción estaba por terminar, abruptamente se cerró el telón, y nuestro concierto llegó al final. Obviamente cada uno tomó su camino, con la incertidumbre de saber si te volvería a ver.
En el escenario la música siguió sonando, con algunos bises de Seru, pero que ya no sonaba igual, la luz, mi luz se había ido.
La soledad de mi cama y ese frío televisor encendido, no pudieron hacerme olvidar a esa mujer que acompañó mi viaje en un concierto que jamás olvidaré, y aunque cada salida, cada viaje, es un recital distinto, ninguno podrá acercarse al primero.
Han pasado siete meses desde aquel concierto, siete meses desde esa vez que un "perdón" fue el principio de este viaje lleno de magia, de música, de amor, de sueños y proyectos, este sueño tan tuyo y tan mío.
lunes, 12 de marzo de 2012
Mi MAR, mi amor...
Hoy de pronto tuve muchas ganas de decirte que te amo, que eres la persona que le ha dado luz a mi vida, que sin ti no habría más música y todo sería ritmo simplemente, que sin ti no tendría más historias que ver, más películas que alucinar, que sin ti la vida, mi vida, sería gris.
Hoy de pronto quise no dejarte más, quise no soltar tu mano, no besarte hasta mañana, no decir "chau amor", quise no voltear para ver como te alejabas, quise que ese camino no tenga fin, quise no andar hasta casa recordando tu rostro, pensándote en cada paso, a cada segundo.
Hoy de pronto cuando ya casi llegaba a mi hogar reafirme el amor inmenso que te tengo, la necesidad de ti, el calor de tus besos, tus palabras mudas cuando quieres que termine una conversación, la pasión cuando te entregas para amar, tu sonrisa inolvidable que siempre me hace bien, mucho bien.
Hoy más que nunca sé que lo nuestro durará por 8 vidas más, sé que eres la mujer que el destino puso en mi camino para acompañarnos hasta el final del tiempo, hoy sé que todo lo que hago tiene dibujado tu rostro y que mis sueños son los tuyos.
Hoy sé que Marlene, es más que un nombre de mujer, es la mujer con la que me haré viejo, que juntos encontraremos Libertad, y sé también que eres quien mis ojos mirarán hasta el último segundo de mi vida.
Te amo a veces no basta, hoy menos, y como dice Allen "te ammo"
Hoy de pronto quise no dejarte más, quise no soltar tu mano, no besarte hasta mañana, no decir "chau amor", quise no voltear para ver como te alejabas, quise que ese camino no tenga fin, quise no andar hasta casa recordando tu rostro, pensándote en cada paso, a cada segundo.
Hoy de pronto cuando ya casi llegaba a mi hogar reafirme el amor inmenso que te tengo, la necesidad de ti, el calor de tus besos, tus palabras mudas cuando quieres que termine una conversación, la pasión cuando te entregas para amar, tu sonrisa inolvidable que siempre me hace bien, mucho bien.
Hoy más que nunca sé que lo nuestro durará por 8 vidas más, sé que eres la mujer que el destino puso en mi camino para acompañarnos hasta el final del tiempo, hoy sé que todo lo que hago tiene dibujado tu rostro y que mis sueños son los tuyos.
Hoy sé que Marlene, es más que un nombre de mujer, es la mujer con la que me haré viejo, que juntos encontraremos Libertad, y sé también que eres quien mis ojos mirarán hasta el último segundo de mi vida.
Te amo a veces no basta, hoy menos, y como dice Allen "te ammo"
miércoles, 22 de febrero de 2012
Cosmigonón
Hace algún tiempo, poco en realidad, que no logro entenderme. De pronto me convertí en lo que más odio, de un momento a otro ha salido desde el fondo de mi ser cosas que ni yo sabía que tenía, y me da miedo, mucho miedo... a veces quiero controlarlo y no puedo, es como un monstruo que de pronto sale rompiendo mi piel y como una bestia salvaje arrasa con todo, sin importar si mata o muere, simplemente corre sin mirar a los lados, con tanta furia que da pena verme cuando llega la reseca resaca.
Le he dado vueltas, mil vueltas, nunca me había pasado algo igual, quiero responder todas mis preguntas pero no obtengo una respuesta, nulo, nada, ni una sola.
Quisiera que Kuolema venga a recogerme y me lleve, o se lleve a mi monstruo, a ver si con la muerte deja de matar las partes que me hacen bien. No puedo andar destruyendome y destruyendo a los que amo.
Quiero dormir, lo necesito, quiero romper todo, quiero salir y caminar bajo la lluvia, me necesito, te necesito...
Hace algún tiempo, poco en realidad, que no logro entenderme. De pronto me convertí en lo que más odio, de un momento a otro ha salido desde el fondo de mi ser cosas que ni yo sabía que tenía, y me da miedo, mucho miedo... a veces quiero controlarlo y no puedo, es como un monstruo que de pronto sale rompiendo mi piel y como una bestia salvaje arrasa con todo, sin importar si mata o muere, simplemente corre sin mirar a los lados, con tanta furia que da pena verme cuando llega la reseca resaca.
Le he dado vueltas, mil vueltas, nunca me había pasado algo igual, quiero responder todas mis preguntas pero no obtengo una respuesta, nulo, nada, ni una sola.
Quisiera que Kuolema venga a recogerme y me lleve, o se lleve a mi monstruo, a ver si con la muerte deja de matar las partes que me hacen bien. No puedo andar destruyendome y destruyendo a los que amo.
Quiero dormir, lo necesito, quiero romper todo, quiero salir y caminar bajo la lluvia, me necesito, te necesito...
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