S.L.T.

Siempre supe valorar a los amigos, creo que son las personas más importantes que hay en la vida, siempre y cuando sean de verdad, y no de los que andan de paso. Nunca creí que dañar a un amigo dolería más que el daño a uno mismo y es que sin esa persona tan importante las horas se hacen mucho más largas, los días eternos y las noches sin cafés, ni cigarrillos son frías y aburridas. Extraño tu risa, tus palabras, tu desgarbado andar, tu antimoda, tu mirada perdida en esos cabellos largos y desordenados, tus palabras oportunas, tus desafortunadas frases, tus tensiones, tu olor, tu forma de andar con los pantalones a rastras, el cantar "Singing in the rain" por las calles húmedas, los Lunes, Jueves y Viernes de café en Z; el caminar sin rumbo, o con rumbo sin saber a donde, los planes, la música, los ensayos, el hablar por radio y pasar horas contando lo que nos pasó durante el día, la llamada de las buenas noches, la no llamada cuando te digo "llámame apenas llegues a tu casa"... Es difícil alejarte de alguien a quien quieres, pero más difícil es saber que dañaste su corazón, que te zurraste en la amistad, por una venganza de alguien que buscaste te hiciese mal, sólo para satisfacer tus intereses. Como dice la canción, ahora sé que soy un amable traidor. Dolor, traición, no amistad (sin llegar a enemistad), temor, desconfianza, decepción, odio, no querer hablar, no querer mirar, saber que hay alguien que te quiere mucho pero que te traicionó, sé que todos estos sentimientos se encuentran dentro tuyo, sé que me lo merezco por no haber priorizado la amistad. Y sí, es verdad un perdón no basta cuando la herida es profunda, cuando se desangra el alma, cuando se destruye el sentimiento, cuando te arrepientes del reencuentro, cuando ya no hay más que hacer y no hay más que hablar. Y sí, es verdad un perdón no basta, y mil disculpas lo empeoran todo....