martes, 18 de agosto de 2009

Encuentro con Dios (la expulsión)


Volviendo a mi búsqueda de la verdad decidí ir a terminar algo inconcluso, algo que había no olvidado más bien postergado hace algún tiempo, había tenido un encuentro agradable con un ser desagradable para muchos, el Diablo mostró un lado susceptible, que jamás pensé iba a pasar, sin embargo por causa y azares sucedió, y me desconcertó (¿cómo es que un ser mortal pueda conmover al Diablo?), aturdido y muy dubitativo decidí que debería escuchar la opinión del “creador de todo” y es así amigos míos que cigarro en boca comienzo esta nueva aventura, donde podría saciar mis interrogantes, donde tendría respuestas de verdad, donde por fin podría estar tranquilo o no.

Por un sendero calmo transito para llegar a casa de Dios, quizás no sea tan fácil entrar pienso mientras veo a lo lejos una reja enorme dorada como el sol mismo, pero que no enceguecía, al menos hasta ahora. De porteros estaban dos tipos muy hermosos vestidos de un blanco jamás visto en este planeta, las rejas estaban abiertas de par en par sin embargo ellos escogían quien podía y quien no podía entrar. Lo que se podía ver detrás de los ángeles era un campo verde y enorme con muchos árboles y gente vestida de una manera parecida a la de estos hermosos seres cuidadores del cielo.

“Buenos días, se encuentra Dios”, pregunté, desconcertado Ariel me miró y me dijo que no podía pasar que aún no era mi tiempo, mientras Gabriel observaba mis fachas ¿Qué traes ahí?, me preguntó, “cosas… un diario, una cámara fotográfica, una grabador de audio, cigarrillos, un sándwich de jamón y queso, y un poco de agua, nada más”.
Bueno, mira, no puedes entrar así por así, necesitas ser salvo y no lo eres, entiendes a lo que nos referimos?, “sí, claro que sí, pero yo sólo quiero entrar un momento, hacerle un par de preguntas a Dios y ya está, acabamos y me largo, no pienso quedarme para siempre, si es por la cámara de fotos no tomo ni una, es más te la dejo para que te tomes fotos con todos, sólo quiero saber algunas cosas, es todo, no soy ladrón ni chismoso, bueno soy comunicador, algo parecido, no? Pero soy de los que siempre tiran buena onda, no de los que se pasan hablando mal de todos, soy tan bueno que hasta del Diablo hablé bien cuando estuve con él, más no se puede. Mientras trataba de aturdir con palabrería barata a estos dos que se comportaban como policías vi a un tipo de cabellos largos, la barba un poco crecida, que caminaba despacio pero con seguridad, flaco, no muy alto (más bajo que yo), con un rostro familiar; él me miraba a lo lejos y se veía interesado en mí (podría afirmar que él también me conocía).
“Hey hombre, ¿qué haces acá?”, “hola, vengo a entrevistar a Dios” respondí asombrado cuando vi a un gran amigo que me acompañó por algunas rutas de mi vida, que marcó una gran diferencia, que ayudó a cerrar heridas del alma y del corazón también, Ernesto Ponce es su nombre, y de verdad me dio mucho gusto saber de él, aunque sea de este modo y esta forma. “¿A entrevistar a Dios?”, “Sí” afirmé, “¿Qué acaso no se puede, hay que sacar cita o llamar a su secretaría, algo así es?”, Ernesto sonrió y me dijo “no nada de eso, ven conmigo” y así queridos amigos, el gran Neto se convirtió en mi entrada al cielo, guía y compañía en este sitio donde todo era paz y calma (en verdad demasiado para mi gusto), perros y gatos comían lo mismo que los leones, elefantes, cocodrilos, monos, en fin todos los animales juntos en armonía, era un cuadro hermoso. Estaba muy impresionado con todo lo que veía en ese momento, de pronto mi curiosidad salió a renacer, “¿Dónde está Dios?”, pregunté a quemarropa, “en todos lados, está frente y detrás de ti, a tu diestra y siniestra, aquí y allá”, “pues debo necesitar anteojos por que no lo veo, no lo puedo tocar, no lo puedo sentir”, “pregunta lo que quieras, él te responderá”, y aunque con muchas dudas y desconfianza, apenas susurré “Hola estás?”

Sentí un frío que recorrió todo mi cuerpo, y una voz de paridad que se escuchaba en todas partes y en ninguna a la vez me decía con la confianza que le da ser el principio y el fin “Sí, siempre estoy”


Hola debes saber quién soy, y yo creo saber quién eres, así que las presentaciones están de más, ergo sabrás que hace algunas semanas estuve con alguien que habitó este lugar hace muchos años atrás, y que ahora vive en el inframundo por decirlo de alguna manera, voy a ser directo no quiero hacerte perder tiempo, así que, ¿Cómo era tu relación con el Diablo?
Agradable, el más querido entre todos, favorito, era hermoso, el más lindo, el más parecido a mí, era tan parecido a mí y tan sabio que le confiaría lo más difícil.

O. k. partamos en dos tu respuesta y hagamos un par de preguntas en orden de cómo se dio la contestación anterior, Dios ama a todos por igual, entonces cómo es que existen favoritismos.
Derechos adquiridos, desempeño individual. Una madre a todos sus hijos los quiere por igual. Pero siempre hay algunos que por su desempeño tiene ciertos beneficios, eso no quiere decir que ame más a uno o a otro a todos por igual pero algunos tienen mayores beneficios por sus labores realizadas.

Si pues eso es verdad, pero igual es una suerte de favoritismo, o al menos es como se ve, como se percibe, acaso ese favoritismo se convirtió en decepción cuando éste faltó a lo que tú querías de él?
Nunca hubo favoritismos, simplemente él era el único que podía realizar la tarea más difícil, y que cambiaría el rumbo de la historia por siempre.

Entonces desde el comienzo tú sabías lo que iba a pasar, sabías que Lucifer tenía su pasaje comprado al infierno, lo sabías?
Nada es casualidad en esta vida, ni el bien ni el mal, ni la pobreza ni la riqueza, ni Dios ni el Diablo. Nada.

Hace algún tiempo cuando estuve con el Diablo, se mostró como arrepentido, es más cuando le hice la última pregunta él (podría decirlo así), se puso casi a llorar, y el infierno entero era un caos, es lo que realmente pasó o acaso es una estratagema del Demonio para ganar adeptos?
El demonio es tan sabio que sabe qué hacer para capturar las almas que andan un poco perdidas por ahí, que viven sin saber por qué, ni para qué, sabe que con un acto de bien puede mostrarse no tan malo, y así esas ánimas podrían ser muy fácil de conducir a su cabaña.

En algún momento de la entrevista, el Diablo me dijo que la mentira no sólo habita en el Infierno si no también más arriba de las nubes, y también me dijo que la soberbia no es exclusiva del ser humano, que le ha sido heredada…
Sé en que momento te lo dijo, y pues yo creí a quienes tenía que creer, todo forma parte de un plan, y nuestras vidas debían seguir su destino, no existiría nada de lo que hay ahora si no hubiese pasado lo que pasó, no estarías hoy acá conversando conmigo en el paraíso.

Las cosas no estaban saliendo como yo quería, me parecía ésta, un entrevista muy aburrida, densa y cansada, quería terminarla como de lugar, pero me había costado tanto llegar aquí que no me quedaba más que ser expulsado (quizás Dios ya lo sabía y por eso me acepto, igual una vez que pisé el infierno, creo ya no iba a ser aceptado nuevamente en el paraíso)

Terminando esta pequeña entrevista no me quisiera ir sin antes preguntarte algo que me tuvo dando vueltas en la cabeza, ¿llegará algún día la reconciliación?
No.

Un seco y determinante “NO”, y por qué si se supone que tú eres todo amor, todo perdón, ¿por qué todo amor y todo perdón no podría perdonar a su hijo predilecto?
Es algo que no vas a entender, y que no estás preparado para escuchar ni para saber.

No me subestimes Dios tu sabiduría infinita no siempre te dará la razón…
No hables más, no sabes lo que dices.

Sí que sé, lo sé tan bien como cuando veo los ojos de un niño huérfano pidiendo un poco de pan para no morir de hambre en esa cama de cemento frío de la ciudad, con esa misma furia, con ese mismo odio, con esa misma decepción, te hago la pregunta que tu soberbia y tu infinita sabiduría no quieren responder…
Lárgate de aquí, no mereces si quiera dar un paso más en este lugar, no eres ni serás nunca más bienvenido a mi reino, no volverás a pisar los pasos que diste por acá, vete por donde viniste y olvida el camino que te trajo.

Mi viejo amigo que se encontraba a mi diestra desapareció mientras la voz de paridad de Dios se iba transformando en una voz de enojo, de rabia.
Caí a mi cama pero el golpe pareció ser contra el suelo, la visita a Dios no fue muy productiva, es un lindo lugar demasiado lindo para mi gusto, mucho verde y mucho amor (¿amor de verdad?), en fin, mi visita al reino de los cielos no fue como lo había planeado, una entrevista aburrida, sin embargo el final fue el mejor, o peor, ser expulsado del cielo y saber que así me arrepienta no habrá perdón de Dios.

2 comentarios:

Cathy Pazos dijo...

No muy acertada tu conclusión, pero un lindo relato al fin y al cabo, esperaba un mejor final, pero en el fondo sabía que caerías en lo mismo de siempre...

Anónimo dijo...

jajajajaja, te saliste con la tuya, como para polemica, ahora entiendo lo de "pero el final... leelo y no te achores" jajaja, solo tengo una objecion...
... ya me corte el pelo!!! jajaja
NeTo