domingo, 28 de junio de 2009

Viernes 4 a.m. (AS)



No pienses, a veces el pensar hace mal...
El teléfono en el velador no paraba de sonar, eran las 4 a.m. y quien llamaba era una persona amiga, dudé en contestar, pensé no hacerlo pero lo hice, su voz como siempre me llenó de alegría (a pesar de la hora), necesitaba verme me dijo, quería que vaya otra vez a salvarla de su mundo gris y lleno de complicaciones, nuevamente las dudas en mi cabeza pero esta vez le dije que lo dejáramos para mañana que vaya a descansar y que al amanecer nos veríamos para conversar, me colgó y no pude dormir más, cinco minutos después volvía a sonar el teléfono y el corazón me pedía contestar, "OK dónde estás" dije, "en veinte minutos llego". Sin más me levante, fui al baño a lavarme y tirarme un poco de agua a la cara para poder despertar del todo, me cambié y fui corriendo a su encuentro.
Un bar de no muy buena reputación me abría las puertas, subí al segundo piso y me encontré con su amiga que me dijo todo lo que ya suponía, otra vez deprimida y
triste. De pronto salió ella, no ha cambiado mucho, por ahí unos kilitos de más pero igual o más bella que antes, sus ojos grandes y negros que tanto me gustan estaban con una pena muy grande, no atiné a otra cosa que darle un beso y abrazarla muy fuerte, esos abrazos sinceros, esos que te aceleran el corazón, hablamos buen rato, reímos un poco y lloraste algo, su amiga ya se había ido, y estábamos sólo ella y yo. No podía entender muy bien por qué te estaba sucediendo; y cada lágrima que derramabas me hacía pensar "nada de esto hubiese pasado si yo hubiese sido más valiente y hubiera luchado por ti".
Salimos de ese antro y nos fuimos supuestamente a tomar unas cervezas y a dormir un poco, pasamos antes por un cajero a sacar algo de dinero, tomamos un taxi y nos dirigimos a comprar las cervezas, en el camino después de haber comprado la birra nos desviamos a la playa, querías ir a un lugar que te traía recuerdos, tristes recuerdos. Cuando llegamos la tristeza nuevamente se apoderaban de tu mirada, y yo impotente por no poder ayudar, por no tener la palabra precisa, sólo te miraba. Estaba un poco fastidiado (debo admitirlo), pero era por que no quería verte mal y sé que ese lugar no era precisamente el que te hacía feliz.
Tomamos un rato y el amanecer con su rocío nos avisó que era hora de volver, no le hicimos caso por unos minutos, pero luego a tanta insistencia mía aceptaste de mala gana ir a descansar, te recostaste en mi pecho y me abrazaste muy fuerte, yo por inercia pero con todo el amor del mundo respondí con un abrazo igual, nuestras mejillas estaban juntas, y entre palabras y palabras nuestros labios se acercaban, sabía que si sucedía iba a tener un mal resultado, me resistí lo más que pude pero caí, respondí a un beso que me gustó y mucho, pero que no era posible, no en ese momento, me alejé, pero nuevamente tus labios se juntaron con los míos, y me dejé llevar, hasta que mi cabeza nuevamente me dijo "¡para!" y autómata yo hice lo que me ordenó, "para, me muero por besarte, pero no ahora, si tiene que suceder va a pasar, pero no ahora, no es el momento" te dije, nos separamos al instante yo miraba la ventana del auto y las casas pasar, tú cerrabas los ojos, no sé si para dormir o para olvidar lo que había pasado.
Llegamos al hotel donde íbamos a dormir un rato, entramos al cuarto y dormimos cual niños, antes te tape un poco para que no sintieses frío, y después como pude me recoste en la cama.

No sé por qué pasó, pero hubiese matado por que esto haya pasado ocho años atrás, en ese momento todo hubiese sido alegría para mí, y sé que para ti también, hoy las cosas cambiaron y mucho, tú y yo ya no somos los mismos, la vida nos invitó a jugar su juego, algunas veces perdimos y unas pocas ganamos, nos tocó llorar y hubo ratitos de felicidad. Hoy nuestros sueños mutaron, se transformaron, nuestras prioridades son ocupadas por otras personas, nuestro barco lleno de ilusiones partió hace mucho tiempo, y no sabemos si se perdió o se hundió.
No me siento bien con lo que pasó, no me siento bien con esos besos de papel, y puedo asegurar que tú estás pasando por lo mismo, sucedió algo que nunca debió pasar, nos dejamos llevar por el momento sin detenernos a pensar un poquito en los daños colaterales que traería como consecuencia. No quiero perderte, no quiero que te alejes, hoy te necesito más que nunca, y tú me necesitas también, ayer te prometí que te iba a ayudar, y hace unos años te prometí que no me alejaría hasta verte feliz, y a pesar de todo lo voy a cumplir, no me voy a ir de tu vida tan fácil, no voy a perder esta linda amistad que nos une desde siempre, no por un echo fortuito voy irme de tu lado, no lo hice antes y ahora mucho menos.

No pienses a veces pensar hace mal, te lo dije por la tarde, y sin embargo hoy estoy pensando y me siento muy mal.

No hay comentarios: